Boca y River no jugarán este sábado la primera final de la Libertadores debido a la intensa lluvia que cayó en Buenos Aires.
La medida fue absolutamente lógica y razonable. Hubiera sido una picardía haber intentado jugar en un campo que drenó todo lo que pudo la enorme cantidad de agua que cayó, pero que no logró evacuar distintos charcos en el terreno.
Por motivos de fuerza mayor el partido queda suspendido para mañana, domingo 11 de noviembre a las 16:00 h.
— CONMEBOL.com (@CONMEBOL) November 10, 2018
Muchos hinchas de Boca ya estaban en la Bombonera cuando la voz del estadio hizo el anuncio oficial, con silbidos y cantos inmediatos contra River.
En desarrollo.