El sojero se mantiene como el principal sector exportador, abarcando productos como granos, harina, aceite y biodiesel. Sólo el 5% se destina al país.
Argentina exporta el 80% de su producción de soja, destacándose por agregar valor a la oleaginosa, un diferencial frente a otros países. Aunque el perfil exportador es predominante, la soja también tiene un rol clave en diversas industrias del mercado interno.
Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), el complejo sojero se mantiene como el principal sector exportador del país, abarcando productos como granos, harina, aceite y biodiesel.
Para la campaña 2023/24, la producción nacional de soja se proyecta en 50 millones de toneladas, complementada con 7,2 millones de toneladas provenientes de importaciones temporarias. De este total, el 9% se exporta como poroto de soja sin procesar, el 79% se destina al “crush” (proceso industrial de molienda) y el 12% restante se utiliza en el mercado interno para semillas, alimentos balanceados y otros usos.
El principal destino del poroto de soja en Argentina es el “crush”, un proceso industrial que permite obtener principalmente harina, pellet y expeller de soja, utilizados como alimentos para el ganado, seguido de la producción de aceite y una pequeña proporción atribuida a pérdidas durante el procesamiento. De las 30,48 millones de toneladas de harina generadas, el 95% se destina a la exportación, mientras que el 5% restante se utiliza en el consumo animal dentro del país.
Tras una campaña 2022/23 gravemente afectada por la sequía, Argentina recuperó su posición como líder mundial en la exportación de estos subproductos, reafirmando su papel estratégico como proveedor clave en los mercados internacionales, según destaca la Bolsa de Comercio de Rosario.
En cuanto al aceite de soja producido en Argentina, el 70% se destina a la exportación, el 17% se utiliza para la fabricación de biodiesel y el resto se consume principalmente en el mercado interno. Del biodiesel producido, casi la mitad (48%) se exporta, mientras que el 52% restante (0,75 millones de toneladas) se emplea localmente, consolidándose como un insumo clave para la matriz energética nacional.