Momentos de tensión y emoción se vivieron este mediodía de sábado en el cuartel de Bomberos de la Policía de Oberá, cuando una madre llegó desesperada con su hijo de tres años en brazos, desvanecido y sin reaccionar. El menor presentaba un alto estado febril y había convulsionado previamente.
Ante la emergencia, el personal actuó de inmediato y le practicó maniobras de Heimlich para desobstruir sus vías respiratorias. Durante el procedimiento, el niño vomitó y comenzó a reaccionar, logrando estabilizarse.
Una vez recuperado parcialmente, Martín fue trasladado en un móvil policial al Hospital Samic de Oberá, donde quedó bajo observación en el sector de pediatría para recibir atención médica.