La Argentina luce irremediablemente como un país de divisiones. Ortega y Gasset intuyó la existencia de una oscura compulsión que impedía a España a integrarse como nación, muy semejante a la que existe actualmente en nuestro país, y la denominó particularismo.
Pocos años después esa compulsión se convirtió en acción directa y derivó en, al menos, un millón de muertos. El destino vital de una nación depende, en definitiva, de la capacidad de los gobernantes de incorporar creativamente a todos sus miembros.
Consiste, sencillamente, en un proceso de integración. Pero, como ocurre en los ecosistemas y en los cuentos de Borges, la mutación no nace nunca en el centro sino en los bordes, la vitalidad está en la orilla.
Cuando los integrantes de un organismo social o biológico no se abren, se extinguen. Y con ellos tiende a desaparecer el sistema que los cobija. La compulsión disociativa actual que vemos a escala nacional de nuestro sistema socio-político va en esta dirección.
La polarización política se ha transformado en un fenómeno global que socava las democracias en todo el mundo. Sin embargo, en Argentina, este fenómeno adquiere una intensidad alarmante, posicionando al país como un caso extremo a nivel mundial.
Según el estudio “Navegando un mundo polarizado” de la consultora global Edelman para el Foro de Davos 2023, Argentina ostenta el título de país con mayor “polarización severa”, superando a naciones como Estados Unidos o España. Lo más preocupante no es solo la profundidad de las divisiones, sino la profunda resignación social que las acompaña: un alto porcentaje de encuestados no cree que las fracturas puedan superarse fácilmente.
Dicho esto, el nivel de desconfianza se transforma en un “círculo vicioso” que los propios actores políticos, al “jugar a la polarización”, no hacen más que alimentarla. El 64% de los argentinos percibe una división social mayor que el pasado, y la mayoría cree que superar estas diferencias es extremadamente difícil.
La polarización ha crecido 40% a nivel global en los últimos cinco años. El neurocientífico Mariano Sigman explica que la polarización ideológica, más allá de las ideas racionales, genera emociones intensas como la ira, impulsando a tomar decisiones perjudiciales. Esto se traduce en un “voto bronca” en las urnas, con niveles inusualmente altos de votos nulos y en blanco. Lo crucial en estos escenarios es que el partidismo negativo, el rechazo al “otro”, pesan más que la afinidad por lo “propio”.
En términos concretos, al impulsar agrupaciones radicalizadas la polarización quiebra lo que se conoce como “tregua de clases”, dificultando políticas que promuevan la solidaridad y neutralicen el conflicto social.
En entornos polarizados, la acción colectiva puede convertirse en un vehículo para la violación del orden y la convivencia democrática, bajo la falsa justificación del derecho a protestar. Dicho esto, podemos afirmar que la polarización es el veneno silencioso que atenta contra la democracia.
Disipar el humo con hechos concretos
En la Argentina del ajuste sin un plan claro, del dólar inestable y de la economía paralizada, Misiones sigue gestionando. Frente al escenario de caos a nivel nacional y de gran incertidumbre para la sociedad argentina en su conjunto, Misiones da señales claras y lejos de paralizarse, se reorganiza, resuelve y sigue avanzando.
A nivel local, el contraste del Gobierno misionero con una oposición que divaga y sigue sin encontrar un propósito que los conecte con las demandas de la sociedad es muy nítido. Sin brújula, los impresentables de siempre buscan replicar desesperadamente el know how de polarización extrema e intentan distorsionar malintencionadamente la realidad para imponer una agenda alejada de los verdaderos intereses del ciudadano de a pie. Una triste postal de la miseria de la política vernácula, en donde quienes pretenden venderse como alternativa buscan menoscabar de forma significativa la institucionalidad con el objetivo de generar inestabilidad y quebrar la paz social de un pueblo pacífico por naturaleza.
La noticia saliente de la semana fue la presentación del Presupuesto 2026 por parte del Ejecutivo Provincial. La hoja de ruta del gobierno reafirma una vez más la orientación del Modelo Misionero: casi el 70% de gasto total se destinará a la inversión social, a garantizar la salud y la educación pública de calidad en cada rincón de la Tierra Colorada y a la ejecución de obras de infraestructura vitales para el desarrollo económico que han quedado paralizadas tras el retiro del Estado Nacional. Una frase publicada por el Gobernador Hugo Passalacqua en su cuenta de X resume el espíritu de la principal herramienta de gobierno: “Es un presupuesto que cuida, contiene y desarrolla, pensado para un Estado suficiente donde sea necesario”.
Con un cálculo de gastos que supera los 4 billones de pesos, el presupuesto misionero 2026 ratifica el rumbo trazado en materia de equilibrio fiscal que se ha transformado en uno de los elementos distintivos de la administración misionera a lo largo de los últimos años, incluso frente al repliegue total del Gobierno Nacional, que eliminó fondos claves como el Incentivo Docente, la Caja Previsional, subsidios al transporte y a obras de infraestructura.
Otro de los elementos salientes del Presupuesto 2026 es el congelamiento de la planta estatal: el Estado decidió prohibir el ingreso de nuevos empleados públicos, en un claro gesto de responsabilidad en la gestión y de que el equilibrio fiscal es innegociable.
Por otra parte, Misiones profundiza una línea clara de alivio fiscal para los contribuyentes. La eliminación de la tasa administrativa en más de 60.000 trámites de la ATM (Agencia Tributaria de Misiones) es una medida concreta orientada a reducir costos y burocracia para miles de ciudadanos. La Directora General de la ATM Belén Gregori expresó que “esto es más que una simplificación: es un alivio real”. De esta forma, el Estado pone menos trabas y busca más eficiencia.
Esta no fue la única noticia en materia tributaria. A esta decisión se sumó otra herramienta de alivio fiscal: la actualización del 50% en los parámetros que permiten acceder a bonificaciones en Ingresos Brutos por cumplimiento en término de las obligaciones se tradujo en la posibilidad de que más de 35.000 contribuyentes puedan beneficiarse. Esta medida surgió del diálogo del Gobierno con la Confederación Económica de Misiones y es el fiel reflejo del espíritu del Modelo Renovador: una dirigencia abierta al diálogo que articula con los diferentes actores de la sociedad y responde a las demandas.
Otra de las noticias destacadas de la semana fue el anuncio del programa de refinanciamiento de deudas lanzado por el Gobierno provincial junto al Banco Macro que se transforma en un salvavidas para aquellos empleados públicos que tienen un alto nivel de endeudamiento. Se trata de la posibilidad de consolidar las deudas y pagarlas en un plazo de hasta 60 meses con una tasa de interés del 57%. En un contexto nacional en donde se financian motos con tasas del 120% y las financieras otorgan créditos con tasas que superan el 200% de interés, Misiones articula y pone a disposición de los empleados públicos herramientas para aplacar el efecto de la inflación y el encarecimiento del crédito.
Herramientas para movilizar la economía
Mientras vemos día a día cómo la Nación desmantela todo tipo de herramientas para el financiamiento de sectores productivos, la Provincia lanza nuevos instrumentos de apoyo al sector privado. Así nació el FOGAMI (Fondo de Garantía Misiones) que, con aval del Consejo Federal de Inversiones, está llamado a ser un recurso fundamental para emprendedores y PyMES en un contexto nacional complejo.
“Esto no es un evento financiero, es un evento social”, remarcó el gobernador Passalacqua en el evento de presentación junto al titular del CFI Esteban Lamothe y el presidente del Fondo de Crédito de Misiones Germán Simes. Este fondo de garantía brindará avales de hasta $50 millones para proyectos productivos, sustentables y con perspectiva de género. El monto puede ampliarse hasta $4.500 en líneas especiales. En declaraciones a la prensa, el presidente del Fondo de Crédito comentó que actualmente existen en estudio 15 carpetas de proyectos que buscan acceder al FOGAMI. Se trata de una herramienta concreta para multiplicar el acceso al crédito, impulsar cadenas de valor y dar oportunidades a los emprendedores que aportan su granito de arena para engrandecer a Misiones.
En ese mismo sentido, y como todos los años, el Modelo Misionero impulsado por la Renovación pone en marcha acciones para movilizar el consumo interno. Con más de 1.200 comercios adheridos, este fin de semana se llevó a cabo una nueva edición del Black Friday Posadas. El megaevento comercial que combina promociones especiales y descuentos con cuotas sin interés financiadas por el Gobierno y el Banco Macro se ha transformado en una herramienta clave que genera actividad comercial y vida económica en la capital provincial.
Por otra parte, se relanzó el Ahora Patentamiento. El programa que ya cuenta con 17 concesionarias adheridas permite recuperar hasta $900.000 en la inscripción de vehículos y hasta $75.000 en el caso de las motos. Los Ahora constituyen un fenomenal andamiaje que se traduce en una red de programas integrados que estimulan el consumo en sectores estratégicos, sin trasladar el costo al comerciante ni al comprador.
Todas estas medidas adquieren especial relevancia mientras en el país crecen el desánimo y la desesperanza. La recesión comienza generar impaciencia y los cuestionamientos hacia el Gobierno Nacional se multiplican. Según relevamientos de la consultora Zuban Córdoba, el presidente Milei exhibe más de un 53% de imagen negativa. Esto tiene su razón de ser: las promesas de recuperación no se concretan, los indicadores económicos siguen en rojo y la gente no llega a fin de mes. En este difícil contexto, la gestión misionera sostiene la gobernabilidad con hechos concretos y con cercanía, escuchando a la gente y resolviendo todo lo que se pueda y esté dentro de sus posibilidades.
Frente al desguace de la Nación, Misiones no se resigna y sigue trabajando por un desarrollo económico y social con rostro humano, tratando de contener a todos. Al fin y al cabo, el arte de gobernar en tiempos complejos requiere un equilibrio entre visión estratégica, adaptabilidad y empatía.
(*) Por Nicolás Marchiori
(*) Abogado. Diplomado en Manejo de Crisis y en Análisis de Procesos Electorales. Especializado en Comunicación de Gobierno y Electoral. Becario de la Fundación Konrad Adenauer (Alemania) y del Centro de Análisis y Entrenamiento Político (Colombia).