La ciudad de Posadas vivió una jornada inolvidable al convertirse en escenario de las instancias decisivas de la Copa de Oro de Futsal AFA, un acontecimiento deportivo que marcó un hito para Misiones y reafirmó su capacidad para albergar eventos de gran magnitud.

El domingo por la noche, el polideportivo Finito Gehrmann se vistió de gala con los colores rojo y azul y oro, en una final apasionante que enfrentó a dos gigantes del fútbol argentino: Independiente y Boca Juniors. En un partido vibrante, cargado de emociones y con un marco de público excepcional, el Rojo de Avellaneda hizo historia al coronarse campeón por primera vez en esta disciplina, tras imponerse por 3 a 2 al Xeneize.
El encuentro tuvo de todo: Biagio Russo abrió el marcador para Independiente, aunque su eufórico festejo derivó en expulsión, dejando a su equipo con un jugador menos por dos minutos. Boca aprovechó la ventaja y logró el empate con un gol de Nelson Barrientos, cerrando la primera parte 1 a 1. En el complemento, el mismo Barrientos puso al Xeneize arriba, pero la reacción del Rojo fue inmediata con el empate de Nicolás Tumkiewicz. El suspenso se extendió hasta los minutos finales, cuando Nicolás Martínez convirtió el gol que desató la fiesta de Independiente y selló una consagración histórica.
La celebración trascendió lo deportivo: jugadores y simpatizantes compartieron la alegría en una verdadera comunión que convirtió al Finito Gehrmann en el epicentro del futsal nacional. El evento no solo le regaló a Independiente su primer título en la disciplina, sino que también dejó a Misiones en lo más alto del calendario deportivo argentino, consolidando a la provincia como un destino capaz de combinar deporte, pasión y organización de excelencia.

