La normativa fue aprobada este jueves en una nueva sesión de la Legislatura provincial. La iniciativa fue impulsada por los diputados Mabel Cáceres y del ex legislador Ricardo Nemeth, que crea el Programa de Arborización Urbana con Yerba Mate (Ilex paraguariensis).
En los fundamentos, Cáceres destacó que “la cultura prehispánica nos habla de legados jesuíticos, de gauchos criollos, de colonos europeos. El cultivo de la yerba mate constituyó, en muchos casos, el motor de programas de radicación de inmigrantes”.
Agregó que el mate es “símbolo de amistad, solidaridad, camaradería representando nuestra idiosincrasia, nuestra historia, nuestra tradición”. Además, se remarcó que la propuesta rescata la iniciativa de alumnos de la Escuela CEP N.º 20 y establece a la Biofábrica Misiones SA como autoridad de aplicación, encargada de proveer plantines y articular convenios con los municipios.
En el recinto, la diputada Anazul Centeno, como miembro informante, manifestó que, “cuando uno piensa en Misiones, piensa en tierra colorada, en cataratas y, sin duda, en yerba mate. La nuestra es la provincia de la yerba, un símbolo cultural, histórico y social que acompaña la vida de millones de personas en todo el mundo”.
“La especie Ilex paraguariensis constituye una de las expresiones más profundas de nuestra identidad. Los pueblos guaraníes la consideraban bebida sagrada, fuente de fuerza y resistencia; la yerba estuvo en las campañas militares, en las manos de los inmigrantes, en los fogones de los gauchos y hoy sigue siendo un ritual cotidiano de amistad, de encuentro y de unión. Es un gesto simple que representa hospitalidad y sentido de pertenencia”, argumentó Centeno.
“El árbol de yerba mate, en su esplendor, es de gran porte, produce oxígeno, captura carbono y reduce gases de efecto invernadero. Plantarlo en espacios urbanos significa multiplicar pulmones naturales y aportar al equilibrio del ecosistema”.
“La creación del programa de arborización urbana no es solo una política ambiental, es un homenaje a nuestra historia, una reafirmación cultural y una estrategia educativa. Incorporar la yerba mate en los espacios públicos permitirá transmitir a las nuevas generaciones el valor de esta especie como patrimonio histórico, natural, económico y social”, concluyó la legisladora.