La presidenta del Superior Tribunal de Justicia de Misiones, Rosanna Pía Venchiarutti, afirmó que el gran desafío de la justicia provincial es acompañar los cambios sociales y responder a las necesidades concretas del ciudadano de a pie. Remarcó que “nadie va al Poder Judicial por placer, se acerca porque tiene un daño”, por lo que el compromiso institucional debe ser garantizar respuestas accesibles y comprensibles.
En su paso por el streaming de Códigos, la magistrada subrayó la importancia de abandonar formalismos que generaban distancia con la sociedad. El uso del lenguaje claro, convertido en política pública mediante una ley provincial, fue una herramienta central para que cualquier persona pudiera entender qué resolvían los jueces y por qué. “Si yo te hablo en difícil y lleno de latinismos, necesito que un abogado traduzca. Pero el ciudadano tiene derecho a comprender directamente lo que se le dice”, sostuvo.
Esa búsqueda de cercanía también se reflejó en la forma de concebir las sentencias. Venchiarutti insistió en que un fallo dictado sin mirar la realidad social corría el riesgo de ser incumplido. “Cada cambio de época no necesariamente exige una nueva ley, sino un juez capacitado para interpretar el hecho de acuerdo con el contexto”, enfatizó.
Transparencia y federalismo en el Consejo de la Magistratura
Reelecta por tercera vez este año al frente del Consejo de la Magistratura, la jueza resaltó el valor de este organismo como pilar de la transparencia en la designación de magistrados. A diferencia de épocas anteriores, cuando la elección de jueces dependía de decisiones políticas, hoy la selección se realiza mediante concursos públicos con evaluaciones escritas y orales.
Los exámenes fueron elaborados y corregidos por docentes universitarios de distintas provincias, lo que garantizó imparcialidad. Además, los aspirantes rindieron bajo seudónimo para mantener el anonimato. “De esa manera se evita cualquier favoritismo o sospecha de acomodo”, afirmó.
La pandemia introdujo cambios en la modalidad de evaluaciones, que desde entonces se aplicaron en gran parte de manera virtual. Esto redujo costos, agilizó procesos y permitió contar con jurados de diferentes puntos del país sin necesidad de traslados. “Nos resultó más dinámico y eficiente, y seguimos aplicándolo”, expresó.

La agenda de vacantes a cubrir fue amplia. Solo en los últimos meses debieron resolverse nombramientos en Posadas, Oberá y Eldorado, entre otros. La presidenta reconoció que era un “trabajo sin fin”, porque cada movimiento dentro del Poder Judicial generaba nuevas vacantes que requerían concursos inmediatos.
Austeridad, presupuesto y apuesta tecnológica
La administración de los recursos judiciales ocupa un lugar clave en la gestión. Venchiarutti defendió el perfil austero del Poder Judicial de Misiones, que logró reducir gastos y optimizar espacios edilicios. “Nos mudamos a edificios propios, dejamos de alquilar y concentramos dependencias para que la gente pudiera resolver sus trámites en un solo lugar”, detalló.
La reducción de gastos superfluos se aplicó en distintos frentes. Un ejemplo fue la eliminación de la entrega de bidones de agua en oficinas: se optó por limpiar los tanques y pedir a los empleados que utilizaran botellas personales. También se impuso la obligatoriedad de trabajar en formato digital, con sanciones económicas para quienes insistieran en enviar documentación en papel.
Con esos ahorros, el Poder Judicial financió equipamiento básico como aires acondicionados, equipos de sonido o computadoras. “Ahorrás un millón acá y otro allá, y con eso comprás lo que hace falta para que la gente trabaje en condiciones”, explicó.
De cara al futuro, la prioridad presupuestaria estará orientada a la tecnología, la comunicación y la capacitación. El desarrollo del sistema de gestión de expedientes electrónicos SIGET, la renovación de notebooks y cámaras para audiencias públicas y el fortalecimiento del centro de capacitación judicial fueron inversiones estratégicas. “Apostamos todo a la tecnología, porque ahí está el futuro del servicio de justicia”, aseguró.
Perspectiva de género, identidades y nuevos tiempos
En materia de género, la presidenta remarcó que Misiones se destacó por el alto porcentaje de mujeres en la estructura judicial: el 66% de los cargos fueron ocupados por juezas, funcionarias y empleadas. Además, desde hace seis años la conducción del Superior Tribunal perforó el denominado “techo de cristal”. “Hoy puedo decir que soy la gobernadora del Poder Judicial”, resumió con orgullo.
La apertura también se reflejó en proyectos de comunicación como Identidades, un ciclo de entrevistas impulsado desde el Poder Judicial que busca visibilizar historias de resiliencia y superación. Casos de exadictos en recuperación, empleados judiciales que se convirtieron en abogados o jóvenes que atravesaron situaciones límite son parte de las experiencias compartidas. “Queremos dejar un mensaje de esperanza tanto para el trabajador judicial como para la sociedad”, explicó.
Otro eje central es la capacitación permanente. El Centro de Capacitación Judicial trabaja con la consigna del lenguaje claro y se abrió a la comunidad. Venchiarutti subrayó la necesidad de que los jueces comprendan nuevas formas de relacionarse, los cambios en los vínculos y las dinámicas sociales aceleradas por las redes. “Si no entendemos esos códigos, no podemos juzgar con justicia”, advirtió.
La presidenta también reflexionó sobre los desafíos legislativos y la necesidad de anticiparse a los problemas, en lugar de legislar solo tras tragedias. “No deberíamos esperar una catástrofe para aprobar una ley. Las normas tienen que responder a una sociedad que se mueve muy rápido”, sostuvo.
En ese sentido, consideró clave la actualización en materia de cibercrimen y la cooperación internacional para combatir delitos que trascendieron fronteras. Sin embargo, insistió en que la tecnología sin humanidad podría convertirse en una barbaridad, por lo que el equilibrio entre innovación y sensibilidad social resultaba indispensable.

