El candidato a diputado nacional y exmandatario misionero realizó un duro análisis de las medidas del Gobierno nacional. Afirmó que el veto al financiamiento universitario fue "apresurado" y advirtió que el electorado del interior castiga rápidamente las decisiones que afectan su economía cotidiana. "La gente entiende muy bien qué decisiones políticas impactan en su mesa", señaló en su paso por el streaming de Códigos, la política desde adentro.
El candidato a legislador nacional de la Renovación, Oscar Herrera Ahuad, realizó un análisis profundo sobre los resultados de las últimas elecciones en diferentes provincias y Ciudad Autónoma de Buenos Aires, destacando que no es posible leer los comicios de la misma manera en todo el país.
Según explicó, cada distrito presenta realidades distintas que obligan a mirar con atención los contextos locales antes de sacar conclusiones generales. Para él, el caso de Buenos Aires -la provincia- es un ejemplo concreto de cómo la nacionalización del voto puede generar un efecto distorsionado, ya que el distrito concentra casi el 40% del padrón y, por lo tanto, sus resultados adquieren un peso sobredimensionado en la escena política nacional.
Herrera Ahuad planteó que esa centralidad electoral de Buenos Aires contrasta con la situación de las provincias del interior, donde las prioridades y demandas ciudadanas son diferentes.
En CABA, señaló, gran parte de la población puede cubrir con recursos propios servicios como salud, educación o seguridad a través de propuestas privadas. Sin embargo, en provincias como Misiones, Corrientes, Formosa, Santa Fe o Córdoba, esas posibilidades no existen y el Estado se convierte en un actor indispensable. “En el interior el Estado es el primer garante de derechos y de políticas públicas. Sin su presencia activa la vida cotidiana se vuelve mucho más difícil”, remarcó.
El candidato sostuvo que el electorado provincial bonaerense envió un mensaje contundente al Gobierno nacional. “La gente le está diciendo al Gobierno: necesitamos que nos atiendan, que miren hacia nuestras economías familiares, que entiendan nuestra realidad diaria”, afirmó. Diferenció de esta manera el voto porteño, que en un primer momento acompañó la política de ajuste y luego se mostró crítico, del voto en las provincias, mucho más vinculado con la microeconomía de todos los días y con el rol del Estado en la provisión de servicios básicos.
En este sentido, citó como ejemplo el caso de Misiones en el ballotage, donde Milei obtuvo un apoyo cercano al 60%, mientras que en las elecciones provinciales posteriores ese acompañamiento se redujo al 20%. Para Herrera Ahuad, esa diferencia es ilustrativa de cómo la ciudadanía reacciona con rapidez cuando percibe que determinadas medidas afectan de manera negativa la economía de las familias. “No hay que subestimar a la gente, porque entiende muy bien qué decisiones políticas impactan en su mesa y en sus bolsillos”, subrayó.
El exgobernador advirtió que, en paralelo al descontento con el Gobierno nacional, crece la preocupación de las pequeñas y medianas empresas y de las economías regionales, que ven cómo su situación se deteriora mientras los debates nacionales se concentran en otros temas. A su juicio, las interpretaciones simplistas sobre el voto y el respaldo electoral no alcanzan para explicar una realidad mucho más compleja que tiene que ver con producción, empleo y bienestar cotidiano.
Financiamiento universitario y veto presidencial
Uno de los ejes centrales de la entrevista con Códigos fue la cuestión educativa. Herrera Ahuad fue muy crítico con el veto presidencial a la ley de Financiamiento Universitario, una medida que consideró apresurada y sin discusión política de fondo. Según describió, las universidades no estaban reclamando privilegios, sino recursos indispensables para garantizar su funcionamiento básico: desde los salarios de los docentes y no docentes hasta el mantenimiento de los laboratorios y la continuidad de proyectos de investigación. “Hoy esos fondos no existen, y eso pone en riesgo la calidad y el futuro de nuestra universidad pública”, advirtió con preocupación.
El dirigente se mostró confiado en que el Congreso logrará revertir el veto, como ya sucedió en el Senado. Recordó que el sistema universitario argentino es un orgullo histórico y que él mismo se formó en una institución estatal. Además, agregó una referencia personal: su hija está a punto de graduarse como médica en la Universidad de Buenos Aires, lo que refuerza aún más su compromiso. “Imagínese si no voy a estar comprometido con la universidad pública, cuando mi vida profesional y la de mi familia están directamente atravesadas por ella”, expresó.
Sobre las masivas marchas en defensa de la educación superior, Herrera Ahuad explicó que no suele participar de manera directa para evitar interpretaciones partidarias, pero aclaró que su respaldo es “contundente y absoluto”. Insistió en que la defensa del financiamiento universitario no tiene banderas políticas y atraviesa a toda la sociedad argentina. “Cuando hablamos de universidades, hablamos de oportunidades para miles de jóvenes, de ascenso social, de desarrollo científico y tecnológico. No es un tema sectorial, es un tema que involucra a todo el país”, remarcó.
El candidato consideró que el debate educativo sintetiza la discusión de fondo sobre el rol del Estado. Mientras algunos sectores defienden una reducción drástica de la presencia estatal, en provincias como Misiones se percibe con claridad que sin recursos nacionales muchas instituciones simplemente no pueden funcionar. “El Estado debe garantizar igualdad de oportunidades, y la universidad pública es una de las herramientas más potentes que tenemos para lograrlo”, concluyó.
Las economías regionales y Misiones
En materia económica, Herrera Ahuad fue categórico al afirmar que las políticas nacionales actuales perjudican de manera directa a las economías regionales y, en particular, a la de Misiones. “No puedo elogiar una política económica nacional cuando veo que nuestras economías locales están siendo devastadas”, lanzó con dureza. Enumeró sectores clave de la provincia como la yerba mate, la forestoindustria, el té y las pequeñas y medianas empresas, todos ellos golpeados por medidas que, según denunció, fueron diseñadas sin tener en cuenta sus particularidades.
Una de sus críticas más fuertes fue contra la desregulación de los mercados sin mecanismos de compensación adecuados. Aclaró que algunos cultivos, como la soja, el maíz o el trigo, cuentan con beneficios diferenciales que los sostienen, mientras que los productores misioneros quedan librados a la lógica del mercado en condiciones desventajosas. Como ejemplo, citó el caso de la yerba mate: mientras que el precio justo de la hoja verde debería rondar los 700 pesos por kilo, en la actualidad los productores reciben menos de 200. “El libre mercado sin reglas nos deja indefensos frente a las grandes industrias que imponen condiciones”, enfatizó.

El exgobernador también cuestionó con dureza los impuestos a los combustibles, que encarecen de manera significativa los costos de producción en provincias que, como Misiones, no cuentan con gas natural. “Cada litro de combustible tiene un 12% de recargo destinado a rutas que nunca se hacen. ¿Dónde va ese dinero?”, se preguntó. Según explicó, este tipo de cargas terminan afectando de manera desproporcionada a las economías regionales, que no reciben a cambio las obras prometidas.
Otro de los puntos que mencionó fue la falta de seriedad en algunos procesos de auditoría nacional, como los vinculados a las pensiones por discapacidad. Aclaró que no se opone a que se realicen controles, pero reclamó que se hagan de manera correcta y en coordinación con los sistemas provinciales de salud. “Si se hacen mal, no solo no se detectan irregularidades, sino que se genera sufrimiento innecesario para las familias que dependen de esos beneficios”, sostuvo.
Para Herrera Ahuad, la combinación de desregulación, presión impositiva y falta de inversión nacional en infraestructura coloca a Misiones y a muchas provincias del norte en una situación de clara desventaja. Por eso insistió en que su objetivo como legislador será instalar en el Congreso el debate sobre las economías regionales, un tema que, a su juicio, está completamente ausente en la agenda nacional actual.
Perspectivas políticas hacia octubre
Al ser consultado sobre la posibilidad de que Axel Kicillof se convierta en un referente opositor, Herrera Ahuad prefirió mantener la prudencia. “Es muy prematuro hablar de nombres propios. La tendencia de las elecciones del 26 de octubre no la van a marcar los liderazgos individuales, sino la economía y la situación real de la gente”, señaló. Para él, ese comicio representará una bisagra en la política argentina, que definirá si el Gobierno nacional sale fortalecido o, por el contrario, debilitado de cara al futuro inmediato.
El candidato advirtió también que la macroeconomía argentina se encuentra excesivamente supeditada a los resultados electorales, lo que genera un clima de incertidumbre y riesgo en los mercados. Como ejemplo, recordó lo ocurrido recientemente en Corrientes, donde se registró una mini corrida cambiaria vinculada a la expectativa de los comicios locales. “El país está en una situación frágil y cualquier movimiento político tiene un impacto económico inmediato”, alertó.

En relación a su propia candidatura, explicó que su intención es representar a Misiones en el Congreso para llevar allí las discusiones que realmente interesan a la gente de su provincia. Aseguró que hoy los debates legislativos giran alrededor de temas impuestos por el Ejecutivo nacional, mientras que cuestiones como la situación de los productores, las pymes y las economías regionales no logran instalarse en la agenda. “Mi responsabilidad es dar voz a esas demandas y lograr que sean escuchadas en el Parlamento”, remarcó.
El vínculo con la gente y su candidatura
En el tramo final de la entrevista, Herrera Ahuad habló sobre la campaña electoral, el desgaste personal y su relación con la ciudadanía. Reconoció que los tiempos políticos son intensos y exigen un esfuerzo permanente, pero afirmó sentirse en uno de los mejores momentos de su vida. “Disfruto hacer campaña, caminar las calles, hablar con la gente. Para mí no es una obligación, es algo que me gusta y que me da energía”, comentó con entusiasmo.
Al mismo tiempo, describió con crudeza la angustia que atraviesan muchas familias frente al ajuste económico. “La gente está sin plata para llegar a fin de mes. Eso genera tristeza, preocupación y también mal humor, porque el día a día se hace cuesta arriba”, señaló. Recordó que durante su gestión como gobernador compartió con los intendentes momentos sumamente difíciles, como la pandemia, y resaltó que en esas circunstancias siempre procuró estar cerca de los vecinos para acompañarlos.
El exgobernador sostuvo que el Estado debe ser un actor presente no solo en cuestiones esenciales como la salud, la educación o la obra pública, sino también en los aspectos más sencillos de la vida cotidiana que hacen a la alegría y el bienestar de la gente. “El Estado debe estar en todo aquello que le dé felicidad al pueblo, no puede desentenderse de eso”, afirmó.
Herrera cerró su mensaje de campaña subrayando que la política no se reduce a administrar números o recursos, sino a estar cerca de la gente y de sus necesidades concretas. “El Estado no solo debe garantizar lo esencial, también debe ser parte de la felicidad de la gente. Y esa es la visión que quiero llevar al Congreso”, concluyó.





