Piden presupuesto para salud y educación a nivel nacional, pero al mismo tiempo rechazan el que garantiza esos fondos en Misiones. Los legisladores del PRO, la UCR y el PAyS se oponen al Presupuesto 2026, a pesar de que en sus discursos públicos celebran marchas y respaldan leyes que, en teoría, buscan lo mismo que ahora rechazan. En este contexto, la frase irónica de Groucho Marx -“Estos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros”- adquiere un inquietante realismo. Mientras en redes sociales y declaraciones mediáticas exigen más inversión para áreas sensibles como salud y educación, en la práctica, votan en contra del presupuesto que efectivamente destina recursos a esos sectores en la provincia.
El martes pasado, en la Comisión de Presupuesto, los diputados provinciales del PRO, la UCR y el PAyS rechazaron el dictamen del Presupuesto 2026, que prioriza la educación, la salud y la inversión social, garantiza el sostenimiento del sistema público y se financia principalmente con recursos propios. Paradójicamente, estos mismos bloques habían expresado su apoyo a la educación pública días antes, incluso participando de marchas y presentando declaraciones de beneplácito por más financiamiento en el ámbito nacional.
Uno de los casos más llamativos es el del diputado radical Pepe Pianesi, quien el 22 de septiembre publicó en sus redes un video defendiendo con entusiasmo la ley de financiamiento universitario. “Esta ley tiene que ver con el sostenimiento y el funcionamiento de las universidades públicas de la Argentina, que están funcionando al día de hoy con un presupuesto del año 2023, poniendo en riesgo a todo el sistema educativo”, afirmó en su alocución en la Cámara de Representantes. También señaló que “el debate es sobre el presupuesto de funcionamiento, no sobre los controles o auditorías”.
Es decir, defendía enérgicamente el financiamiento para la educación pública, reclamando una actualización presupuestaria que garantice el normal funcionamiento de las universidades. Sin embargo, cuando el debate se trasladó al ámbito provincial, Pianesi y su bloque votaron en contra de un presupuesto que contempla justamente esos fondos para la educación de los misioneros.
Lo mismo ocurrió con el PAyS. Mientras su principal referente, “Cacho” Bárbaro, marchaba en Buenos Aires en defensa de la universidad pública, sus legisladores en Misiones rechazaban el presupuesto que sostiene la educación en su propia provincia. Es decir, el acompañamiento simbólico en la Capital Federal no se tradujo en compromiso político en la tierra que representan.
Esta contradicción no es nueva, pero se hace más evidente en tiempos de campaña, donde los gestos parecen tener más valor que las decisiones concretas. Algunos sectores de la oposición firmaron declaraciones expresando su preocupación por el desfinanciamiento de la salud y la educación a nivel nacional. Pero cuando llega el momento de aprobar una herramienta concreta que asegura esos recursos en Misiones, prefieren rechazarla.
Con Misiones encaminada a convertirse en la primera provincia del país en sancionar su Ley de Leyes para 2026, la oposición eligió no acompañar un presupuesto que representa previsibilidad, protección de los servicios esenciales y autonomía financiera. En cambio, optaron por la especulación política, probablemente midiendo costos de campaña y apuestas electorales.
