lunes, octubre 13, 2025

La industria del sexo dejó de ser tabú y factura más de $20.000 millones al año

Según un informe privado, los sex shops pasaron del tabú al bienestar: $20.000 millones de facturación, más de 1.000 puntos de venta y auge del e-commerce. Marcas líderes sostienen el mercado, aunque persisten caída en preservativos, costos altos y dificultades para pagar importaciones.

Los sex shops dejaron de ser antros semiclandestinos para convertirse en boutiques de bienestar con vidrieras sobrias, asesoramiento privado y talleres de salud sexual. La reconversión no es solo estética: también es económica. Un relevamiento del Centro de Investigaciones Sociales de UADE estima que el sector factura $20.000 millones anuales y cuenta con más de 1.000 puntos de venta en la Argentina, con fuerte concentración en CABA y expansión al interior.

La pandemia fue el punto de quiebre. Las ventas digitales crecieron más de 200% y consolidaron al e-commerce como el canal principal (70% de las transacciones). En el Hot Sale, la categoría erótica llegó a facturar más de $2 millones en una edición, con un ticket promedio de $7.790. De acuerdo al estudio, la industria global de juguetes sexuales supera los u$s15.000 millones y se proyecta que triplique su valor en pocos años, con más oportunidades para Argentina.

La logística discreta -paquetes sin logos, retiros programados- y la amplitud de catálogos hicieron el resto. Para un público que todavía convive con el pudor, comprar desde el celular bajó la barrera de entrada.

El público femenino explica entre 60% y 70% de la demanda. Le siguen las parejas que buscan reavivar la intimidad y un segmento joven (18–30) que llega informado por redes y podcasts. También crece la participación de mujeres de más de 40 años, muchas veces por recomendación terapéutica.

En productos, los succionadores de clítoris encabezan las ventas (líneas como Satisfyer Pro 2, Love Breeze y Penguin), seguidos por vibradores de doble estimulación y anillos. La dispersión de precios es amplia: desde $10.000 (insumos básicos) hasta más de $500.000 (muebles eróticos) y dispositivos con app/bluetooth que superan los $200.000.

Por último, el estudio identificó barreras económicas: los precios elevados constituyen un obstáculo para estudiantes y trabajadores con ingresos ajustados.

"Los hallazgos indican que el sector ha dejado de ser un nicho marginal para convertirse en un negocio de bienestar y estilo de vida. Las tiendas invierten en decoración, iluminación y atención personalizada para atraer a un público que busca calidad, asesoramiento y discreción. Este proceso de reconversión responde a varias tendencias principales", señaló el estudio de la UADE.

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