lunes, diciembre 1, 2025

Reconocida empresa forestal de Misiones despidió 38 trabajadores y crece la incertirumbre ante el contexto nacional

La empresa Linor SRL, ubicada en Azara y vinculada desde hace años a la forestoindustria misionera, comunicó el despido de 38 empleados y evalúa cesar a otros diez. La planta, dedicada a la fabricación de pallets y servicios logísticos, trabaja con actividad mínima debido a la fuerte caída de pedidos registrada en los últimos meses.

La firma atraviesa una reducción sostenida en ventas por la baja del consumo, la paralización de obras privadas y el incremento de costos vinculados al transporte y la energía. Estas condiciones limitaron la continuidad de turnos y llevaron a la compañía a ajustar su estructura laboral para sostener operaciones básicas.

El escenario actual había sido anticipado en mayo, cuando el dueño, Juan Carlos Lorenzo, transmitió a su personal que la situación económica no permitía mantener la producción habitual. Aquella declaración, registrada en un video grabado dentro del aserradero, expuso dificultades que finalmente derivaron en las desvinculaciones confirmadas esta semana.

La realidad de Linor refleja un proceso más amplio dentro del sector maderero de Misiones. Distintos aserraderos aplican suspensiones, reducción de horarios y vacaciones adelantadas por la menor demanda interna, la competencia de productos importados y el atraso cambiario que limita exportaciones.

La provincia también observa contracción en otras actividades. El complejo yerbatero enfrenta precios bajos y dificultades para industrializar; el turismo registra menos movimiento por la pérdida de poder adquisitivo; la construcción detuvo proyectos privados y el comercio, tanto chico como grande, informa cierres y disminución de personal.

El contexto nacional de consumo restringido, costos crecientes y financiamiento limitado profundiza estas tensiones en regiones como Misiones. La falta de impulso a la producción y a la demanda interna golpea a PYMES que dependen de compradores locales y cadenas de valor regionales para sostener su dinámica cotidiana.

En Azara, vecinos, proveedores y transportistas siguen atentos a la decisión sobre los diez puestos que podrían eliminarse. El sector reclama líneas de crédito accesibles, medidas para promover la exportación y regulaciones que eviten ingresos de insumos externos que afecten a productores locales. Lo ocurrido en Linor se vuelve una señal de alerta para la economía provincial en un momento marcado por incertidumbre.

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