El Sistema de Acogimiento Familiar Alternativo opera en Misiones como una herramienta para garantizar cuidados temporales a niños, niñas y adolescentes que atraviesan medidas de protección y no pueden permanecer con su familia de origen.
La iniciativa, llevada adelante por la Defensoría de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes y articulada con redes nacionales e internacionales, fue explicada en detalle por la psicóloga y coordinadora del programa, Carla Valeria Bongers, en diálogo con Códigos.
La profesional señaló que el acogimiento “implica convocar a familias que no buscan adoptar, sino ofrecer un espacio transitorio a menores que deben ser separados de su entorno por decisión administrativa o judicial”. La propuesta procura asegurar un ámbito familiar mientras se define su situación legal y evitar ubicaciones en instituciones.
El esquema contempla la inscripción y formación de las llamadas Familias de Acogida, que asumen la responsabilidad diaria sobre los chicos, garantizando alojamiento, escolaridad y alimentación. La coordinadora indicó que el programa tiene alcance provincial: “Contamos con familias de distintos municipios y durante este año recorrimos varias localidades para completar las capacitaciones”.
Para incorporarse al registro, los postulantes deben cumplir una serie de condiciones evaluadas por un equipo interdisciplinario. Entre los requisitos figuran superar entrevistas y estudios psicológicos, demostrar ingresos, residir en Misiones por más de dos años y no tener antecedentes penales. “Una familia puede estar conformada por una persona sola, una pareja sin hijos, una unión convivencial o un hogar homoparental, siempre que sus integrantes tengan más de 25 años”, explicó.
Las familias aprobadas son incluidas en el Registro Único de Familias Aspirantes al Acogimiento Familiar Alternativo (RUFAAFA), al que se recurre cuando un niño o adolescente necesita acompañamiento temporal. Bongers recordó que en 2024 se firmó un convenio con el Ministerio de Desarrollo Social que permite redireccionar la AUH del menor, aunque igualmente se requiere que el hogar pueda afrontar los gastos durante el acogimiento.

Plazos según cada caso
Si bien la normativa prevé un plazo de seis meses para el acogimiento, la duración puede ampliarse o reducirse según cada proceso. “Tuvimos casos que llegaron a un año y medio, siempre con acuerdo de la familia que acompaña”, señaló. También existe la modalidad de “familia de apoyo”, destinada a intervenciones breves que pueden extenderse hasta diez días.
En este momento, cinco niños permanecen en el sistema. Otros egresaron recientemente, ya sea por reunificación con su familia de origen, incorporación a la familia extensa o declaración de adoptabilidad. “Las salidas no siempre derivan en adopción; hay distintas formas de egresar del programa”, puntualizó Bongers, quien invitó a nuevos hogares a sumarse a la iniciativa.
