Alana Cutland tenía 19 años y había ido de viaje para recoger unas muestras para una investigación. De regreso en el avión, abrió la puerta y saltó al vacío.
Minutos antes, el piloto y una pasajera que estaba en el avión intentaron desesperadamente detener a Alana sosteniendo su pierna, pero finalmente cayó desde 3.700 pies de altura.
Su cuerpo se precipitó en un área rural aislada y todavía no se ha podido recuperar, a pesar del operativo de búsqueda puesto en marcha por las autoridades locales.
Mientras tanto, la familia ha declarado que la joven muerta era una chica brillante e independiente, muy querida por todo el mundo, y que estaba “especialmente emocionada” por la beca en Madagascar con que podía complementar sus estudios.
Cabe destacar que la policía local continúa con la investigación del hecho interrogando a los tripulantes, para saber fehacientemente lo que sucedió.