viernes, mayo 2, 2025

Agorafobia: ¿cómo se trata el miedo a los lugares públicos o abiertos?

Es un trastorno de ansiedad, y es considerada la fobia más incapacitante. Para los que la padecen, los lugares y transportes públicos, las multitudes, los ascensores y los túneles son algunos de los escenarios más aterradores.

Sentirse ansioso o preocupado es una experiencia común para muchos en la vida diaria que puede estar asociada con situaciones específicas. La agorafobia es un tipo de trastorno de ansiedad que se caracteriza por un marcado temor o ansiedad en dos o más de las siguientes cinco situaciones: (a) uso del transporte público; (b) estar en espacios abiertos; (c) estar en espacios cerrados; (d) de pie en una fila o multitud; y (e) estar fuera de la casa solo.

Además, debido a tal ansiedad, el individuo teme o evita la situación, lo que casi siempre provoca temor y ansiedad. Por lo tanto, estas situaciones se evitan activamente, y el sujeto generalmente tiende a requerir la presencia de un compañero para reducir la ansiedad cuando se enfrenta ellas.

“En primer lugar, la agorafobia clásicamente es descrita como el temor a los espacios abiertos, aunque también puede incluir temor a otro tipo de espacios generalmente públicos. La persona desarrolla una situación de ansiedad y temor frente a esos espacios y los evita”, explicó en diálogo con este medio Maximiliano Martínez Donaire, psicoanalista y exsecretario científico del Claustro de la Asociación Psicoanalítica.

Es importante comprender que la ansiedad experimentada está fuera de proporción con la amenaza real que representa la situación y el contexto sociocultural. El miedo, la ansiedad y la evitación son persistentes, y por lo general, duran 6 meses, contribuyendo a una interferencia significativa en el funcionamiento personal, social y laboral del individuo.

“‘Agora’ hace referencia a los lugares amplios y ‘claustro’ a los lugares chicos. En realidad, el término agorafobia implica en la actualidad el temor a permanecer tanto en lugares cerrados como puede ser un colectivo o en lugares abiertos, como una manifestación, en donde sea difícil obtener algún tipo de ayuda y en donde uno vaya a estar solo”, aseveró en diálogo con Infobae Juan Cristóbal Tenconi psicoanalista y psiquiatra miembro de la misma asociación y de la International Psychoanalytical Association.

Según el Servicio Nacional de Salud, NHS por sus siglas en inglés, la condición es dos veces más común en mujeres que en hombres. Y si bien se dice que el dos por ciento de la población tiene trastornos de pánico, solo alrededor de un tercio de ese total desarrolla agorafobia.

¿Cuáles son los síntomas y los tratamientos?

Cuando se desencadena, el sujeto a menudo experimenta síntomas similares a los asociados con ataques de pánico. Esto incluye típicamente un ritmo cardíaco acelerado, hiperventilación, náuseas y sudoración febril.

La agorafobia puede manifestarse como un subproducto de otros trastornos psicológicos, pero también puede ser provocada como una reacción a experiencias particulares, como estar involucrado en un accidente o sufrir un duelo.

Dependiendo de la gravedad de la agorafobia, se pueden recomendar diferentes tratamientos. En algunos casos, los cambios simples en el estilo de vida pueden marcar la diferencia. En casos más graves, los médicos pueden prescribir terapia cognitiva conductual, terapia de relajación o medicación, típicamente inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, que también se usan para tratar la ansiedad y la depresión.

“Un tratamiento psicoanalítico va a tratar de develar progresivamente cuáles son las fuentes de angustia para ese sujeto y por qué no las puede resolver. Por lo tanto, la eventual superación del síntoma va a tener que ver con poder ir develando esas fuentes de angustia, que son inconscientes en un inicio”, concluyó el experto.

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