La industria textil atraviesa una fuerte contracción durante la gestión de Javier Milei. En los últimos 18 meses se registró el cierre de casi 400 empresas y la pérdida de más de 12.000 puestos de trabajo, según datos del sector.
Luciano Galfione, presidente de la Fundación Pro Tejer, señaló que “los índices del año pasado se han profundizado” y anticipó que la situación era previsible. Este martes, la fundación reúne a empresarios en Avellaneda para analizar su último informe sectorial, Argentina a contramano del mundo, que advierte sobre el impacto de la caída de la actividad, el atraso cambiario, la competencia con productos importados, el fenómeno Shein y la carga impositiva.
Entre enero y agosto de 2025, las importaciones textiles aumentaron un 40% en dólares y un 74% en toneladas respecto del mismo período de 2024. Además, se crearon más de 14.000 nuevos CUIT vinculados al rubro, un incremento del 38%.
Galfione sostuvo que “el sector textil es un termómetro de la economía: cuando la actividad se retrae, nuestro sector es uno de los primeros en sentirlo, y también uno de los primeros en recuperarse”.
Según Pro Tejer, en el precio de una remera de primera marca vendida en centros comerciales, los impuestos representan el 50,3%; los costos financieros, el 12,2%; alquileres, el 12,7%; logística y comercialización, el 9%; gastos de marca, el 4,8%; publicidad, el 2,5%; y el costo industrial de la prenda, el 8,5%.
A pesar del contexto, la industria textil realizó inversiones en maquinaria por unos 1.400 millones de dólares en los últimos tres años. “El sector mantiene su capacidad productiva, pero necesita medidas que lo acompañen”, indicaron desde la fundación.
Pedro Bergaglio, presidente de la Cámara Argentina de Empresas de la Industria del Sweater, advirtió que hacia diciembre podría perderse el 30% de las empresas asociadas. “Se trata de firmas que emplean entre 10 y 30 trabajadores en promedio”, explicó.