La tuberculosis es una enfermedad bacteriana que afecta principalmente a los pulmones, aunque también puede comprometer otras partes del cuerpo como los riñones, la columna vertebral o el cerebro. Los gérmenes se transmiten por vía aérea: una persona enferma puede contagiar al toser, estornudar, hablar o incluso cantar. Sin embargo, la enfermedad no se transmite por contacto físico, besos ni por compartir alimentos o utensilios.
Según los datos del Boletín Epidemiológico Nacional (BEN), las notificaciones de tuberculosis en el país muestran un incremento sostenido desde 2020, acumulando un aumento del 65,9% en los últimos años. Solo en lo que va de 2025 se reportaron 13.794 casos, de los cuales la gran mayoría (94,6%) corresponde a casos incidentes, mientras que el 5,4% son reingresos u otras situaciones no nuevas. En comparación con el mismo período de 2024, el incremento nacional es del 3,6%.
El crecimiento se concentra principalmente en la región centro, donde se registra un aumento del 8,5%. Santa Fe encabeza las subas con más del 25%, seguida por Buenos Aires con un 9% y la Ciudad de Buenos Aires con un 8,1%. En el Noroeste la suba es más moderada, del 1,5%, impulsada por incrementos en Catamarca, Tucumán, La Rioja y Salta. En contraste, otras regiones muestran descensos, destacándose el sur del país con una reducción del 17,2%.
Frente a este panorama, el Ministerio de Salud de la Nación desarrolla una estrategia integral para fortalecer la prevención, el diagnóstico, el tratamiento y el seguimiento de la tuberculosis. Este enfoque combina vigilancia epidemiológica, coordinación con las provincias, decisiones basadas en evidencia y mejoras en los sistemas de información, con el objetivo de detectar de manera temprana los casos, garantizar tratamientos adecuados y asegurar la continuidad del cuidado en todas las jurisdicciones.
Entre las acciones prioritarias se encuentran la ampliación del diagnóstico molecular mediante la red de equipos GeneXpert, el fortalecimiento del abordaje en población pediátrica y adolescente, la provisión de tratamientos para formas resistentes, el acompañamiento experto en casos complejos y la búsqueda activa en grupos vulnerables. Estas medidas buscan acelerar la detección y reducir las barreras de acceso al sistema de salud.
En el ámbito pediátrico, se conformó la Red Nacional de Referentes Pediátricos en Tuberculosis, orientada a mejorar el seguimiento integral y la calidad de la atención en niños y adolescentes. Además, se trabaja de manera conjunta con DICEI para cruzar información y mejorar los registros de vacunación con BCG en niños expuestos, lo que permite optimizar la vigilancia, reforzar la prevención y garantizar intervenciones oportunas durante la primera infancia.
