Vive en el extremo sur del Corredor Verde, en el Valle del Cuña Pirú, donde el Parque Provincial Salto Encantado, es la última área protegida.
Su presencia es un indicador de que aún el tránsito de estos grandes felinos por áreas de alto uso humano es posible y a la vez de la importancia vital que tienen los Parques Provinciales.
Allí convive con la ganadería en campos vecinos, donde desde hace más de una década funcionan sistemas antidepredaciones eficaces que han llevado el histórico conflicto a la convivencia.