Luego de que su Gobierno revelara pruebas que involucran a Mauricio Macri con el golpe de Estado a Evo Morales en 2019, el presidente de Bolivia, Luis Arce Catacora, repudió este jueves el hecho y dijo que “contraviene las normas internacionales”.
“Repudiamos el apoyo del gobierno del expresidente de #Argentina, Mauricio Macri, al Golpe de Estado que vivimos el año 2019 en el Estado Plurinacional de #Bolivia”, expresó Arce en su cuenta de Twitter, profundizando la denuncia que su canciller hizo previamente.
En este sentido, el mandatario aclaró que “el envío de material bélico para reprimir al pueblo boliviano contraviene las normas internacionales”, y compartió la carta que Alberto Fernández le envió en nombre de la Argentina y a modo de disculpas.
Luego, en otro tuit, Arce Catacora reivindicó las relaciones bilaterales entre Bolivia y la Argentina, y tuvo palabras afectuosas para con Fernández, quien asiló a Evo Morales y a su vice, Álvaro García Linera, durante el gobierno de facto de Jeanine Áñez.
“Ratificamos nuestros lazos de hermandad con el pueblo argentino, y reconocemos la solidaridad y el apoyo del hermano presidente Alberto Fernández, al pueblo boliviano, así como su compromiso con la memoria, la verdad y la justicia”, concluyó el presidente.
Minutos antes, en una conferencia de prensa, el canciller de Bolivia, Rogelio Mayta, hizo pública una carta enviada por el jefe de la Fuerza Aérea Boliviana durante el golpe al por entonces embajador argentino en La Paz, Normando Álvarez García.
En ella, el militar Jorge Gonzalo Terceros Lara confirmaba la recepción de municiones, cartuchos y diversos pertrechos militares para reforzar a las fuerzas de seguridad y agradecía por ello al embajador argentino de la gestión de Mauricio Macri.
“Resaltamos que la Argentina de Macri les dio a las fuerzas militares, que reprimieron la protesta social en noviembre de 2019, munición letal”, explicó el canciller durante la conferencia de prensa, al tiempo que destacó que el material enviado por Buenos Aires llegó apenas días antes de que se produjeran las masacres de Sacaba y Senkata, ambas perpetradas por las fuerzas de seguridad bolivianas.
(Fuente: Ámbito)