El Gobierno cerrará 2025 con un desvío cercano a los u$s12.000 millones respecto de la meta de reservas acordada con el FMI, lo que obligará a solicitar un nuevo waiver al organismo. La estrategia oficial de volver a los mercados internacionales sin una acumulación previa de dólares en el Banco Central no logró consolidarse.
La hipótesis del equipo económico de Javier Milei, basada en generar confianza a partir de expectativas y disciplina fiscal en pesos, chocó con una restricción clave: la debilidad de las reservas en dólares. El patrón se repitió respecto de la revisión de junio: cumplimiento holgado en variables nominales, incumplimiento en el frente externo.
Según estimaciones privadas, el faltante frente a la meta pactada rondaría los u$s12.000 millones, mismo nivel de desfasaje observado en instancias previas. La apuesta oficial respondía a una lógica financiera de corto plazo: atraer inversores por potencial de ganancias anticipadas, sin reforzar previamente el stock de divisas.
Tras compras de reservas en la primera mitad de 2024 y el ingreso de dólares del blanqueo en la segunda, el Gobierno buscó emitir deuda en enero de 2025, pero el riesgo país no cedió. Esto derivó en un nuevo acuerdo con el FMI en abril, que inicialmente redujo el spread soberano y reavivó expectativas de reapertura de mercados.
Sin embargo, la decisión oficial de priorizar la desinflación por sobre la acumulación de reservas fijó un piso de riesgo país cercano a los 600 puntos. Un nuevo intento de mejorar el clima financiero llegó tras el acuerdo de octubre con el Tesoro de Estados Unidos. En ese contexto, el Ministerio de Economía licitó un Bonar 2029 por u$s1.000 millones, pero la demanda fue limitada: apenas u$s450 millones.
Posteriormente, el Banco Central anunció un esquema de compras de divisas vinculado al aumento de la demanda de pesos que podría generar una recuperación de la actividad en 2026.
El desfasaje con el FMI
De acuerdo con el economista Federico Machado, al 23 de diciembre el Banco Central contaba con u$s43.014 millones de reservas brutas, pero las reservas netas, medidas según el criterio del FMI, ascendían a u$s15.755 millones negativas.
La meta pactada para diciembre, tras la reformulación del acuerdo a mitad de año, era de u$s3.300 millones negativos. Esto implica un desvío de aproximadamente u$s12.000 millones. Históricamente, el FMI estima que Argentina tiene capacidad de acumular unos u$s5.000 millones anuales, por lo que una nueva dispensa podría venir acompañada de exigencias más estrictas hacia adelante.
Evolución de las reservas
El 19 de diciembre de 2024, las reservas internacionales brutas sumaban u$s32.243 millones. Un año después, el stock declarado asciende a u$s42.418 millones, un aumento cercano a u$s10.000 millones, pese a haber recibido u$s14.000 millones del FMI y u$s2.700 millones del Tesoro de Estados Unidos.
En las últimas semanas, el presidente del BCRA, Santiago Bausili, comenzó a mostrar señales de cambio. Al 30 de noviembre, las reservas brutas eran de u$s40.314 millones, lo que implica un incremento de u$s2.700 millones en menos de un mes. En el mismo período, las reservas netas mejoraron en u$s1.200 millones.
En términos más amplios, en los últimos 24 meses las reservas brutas crecieron u$s21.470 millones. Al inicio de la actual gestión, el Banco Central contaba con u$s20.950 millones.
