En los primeros doce meses del Gobierno de Javier Milei, se radicalizó el traspaso de trabajadores del sector asalariado al monotributista.
En el sector público y en el sector privado: la tendencia de la caída del empleo formal se acentúa en lo que va del año. En detrimento al deterioro de los puestos asalariados y registrados, se impulsa el trabajo independiente y el monotributo social.
Los últimos registros de la Secretaría de Trabajo de la Nación apuntan a que el empleo asalariado cayó un 1,8% en términos interanuales, lo que equivale a 186.500 trabajadores menos en doce meses, con una sensible merma en el personal de casas particulares (-3,3%), además del sector privado (-1,9%) y el público (-1,5%).
En ese contexto, en doce meses se inscribieron 37.386 personas más al monotributo social en la Argentina, pasando de los 634.720 de noviembre del 2023 a los 672.106 del mismo mes del año pasado. Ese crecimiento representa un 5,9%, que respalda además al 2,4% de incremento de los trabajadores independientes.
El monotributo social está destinado a personas que realizan una actividad económica y se encuentran en situación de vulnerabilidad socioeconómica, con ingresos inferiores al salario mínimo vital y móvil. Es por ello que quedan exentos del pago del componente impositivo y previsional del monotributo y sólo abonan el 50% de lo correspondiente a la obra social. Si bien el Gobierno tuvo la intención de eliminar este régimen durante el debate de la ley Bases, la oposición en el Congreso finalmente evitó la medida.