La carne vacuna registró en noviembre su mayor valor relativo en quince años, impulsada por el encarecimiento de la hacienda y una oferta restringida. El aumento de precios coincidió con una recuperación limitada del consumo interno, explicada principalmente por la caída de las exportaciones y no por una mejora del poder adquisitivo.
Según el Informe Económico Mensual Nº 298 de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados (CICCRA), el precio de la hacienda medido contra el Índice de Precios Internos al por Mayor (IPIM) alcanzó su nivel más alto desde 2010. El sector enfrenta restricciones estructurales de oferta que continúan presionando al alza los valores.
En noviembre, el precio promedio del kilo vivo en el mercado de Cañuelas aumentó 12,8% mensual y se ubicó en $3.334,5, la suba más pronunciada en casi dos años. Desde julio, con el inicio del factor estacional, el incremento acumulado fue de 51,6%, mientras que la variación interanual alcanzó el 78,1% nominal.
CICCRA atribuye este comportamiento a la menor disponibilidad de hacienda, la reducción en la zafra de terneros tras varios ciclos climáticos adversos y una demanda sostenida, especialmente en la categoría de novillos.
El informe también señala una contracción de la actividad en la industria frigorífica. Durante noviembre se faenaron 1,047 millones de cabezas, lo que representó una caída interanual del 9,2% y constituyó la novena baja en once meses. En términos históricos, se trató de uno de los registros más bajos para ese mes.
La faena de hembras se mantuvo en torno al 48% del total, un nivel elevado que compromete la recomposición del stock bovino. Para la entidad, este indicador confirma que la oferta seguirá siendo limitada en el corto y mediano plazo, aun si la demanda no se expande.
