La ola Ómicron tiene fecha de vencimiento. La caída de casos que se registra de manera sostenida durante las últimas semanas en todo el país indica que esta etapa de la pandemia, la más virulenta por la cantidad de contagios en poco tiempo, parece haber llegado a su fin. Más allá de las dudas que despertaron los registros de casos en algunas provincias ante las masivas infecciones, los expertos consultados por Infobae aseguran que esta tercera ola está llegando a su fin.
La variante Ómicron aterrizó en diciembre en Argentina, después de rebrotes igual de agresivos en toda Europa en las semanas previas. Las despedidas de fin de año, los encuentros familiares, las Fiestas y las vacaciones potenciaron el aumento de casos debido a esta variante, que se destaca por ser la más contagiosa que se había conocido dentro de las del COVID-19. Ómicron tocó su techo el 10 de enero último, cuando se diagnosticaron 159.757 positivos en un solo día.
Pero desde el 13 de enero hasta este viernes, la tendencia comenzó a revertirse de una manera tan precipitada como había subido un mes atrás. Un descenso que se observa sostenido y que el pasado jueves registró una baja del 55% en el promedio de nuevos casos reportados diariamente. Muy distante de esos 160.000 casos de principios de enero, el Ministerio de Salud reportó el viernes 40.094 diagnósticos.
La baja de los casos confirmados por COVID-19 coincidió con la medida tomada por algunas provincias, como la de Buenos Aires, que decidió que sólo se hisopa a personas con síntomas de coronavirus si son mayores de 60 años, tienen una enfermedad de riesgo o a embarazadas. Un criterio que excluye a la población más joven, justamente los más afectados por esta nueva variante.
¿Puede haber impactado esta decisión en el descenso de los casos? Los expertos consultados por Infobae aseguran que la ola de Ómicron ya tiene fecha de vencimiento, más allá de esta última medida. “La baja de los diagnósticos refleja que efectivamente los contagios bajaron. Más allá de los cambios en los testeos, existen otras variables que ratifican esta tendencia. Por un lado, cayó la positividad a menos del 50% cuando antes era mucho más alta. Es decir, sobre la cantidad total de personas testeadas hay menos que están infectadas”, explicó Ricardo Teijeiro, infectólogo de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI).
“Es evidente que este descenso de casos por Ómicron es tan brusco como fue la subida. Si los testeos de provincia generan alguna desconfianza se pueden mirar los números de la ciudad de Buenos Aires, que continuó con el mismo criterio de testeos. Allí también bajaron los casos de manera pronunciada. La disminución es real”, insistió Teijeiro.
Al mismo ritmo que la caída de los diagnósticos, también cayó la positividad de los testeos. El momento más alto de esa tasa se dio entre el 18 y 19 de enero pasado, cuando 7 de cada 10 personas con pruebas diagnósticas recibían la noticia de que estaban infectadas con COVID-19. Con los datos de esta semana, 5 de cada 10 test son positivos.
Mauro Infantino, ingeniero en Sistemas y creador del sitio web Covidstats, ratificó este argumento. “La positividad no miente, porque es una fórmula matemática que se calcula con una división. La única forma de que caiga la positividad, como está ocurriendo, es que los casos caigan más rápidos que los testeos”, explicó.
Infantino, además, agregó que existen otros factores que son consecuentes con la baja de los casos registrados y que hacen prever que esta ola está llegando a su fin. “Hay muchos otros factores además de la positividad, como la caída de los pacientes que se acercan a las Unidades Febriles de Urgencia (UFU) en la Ciudad de Buenos Aires y también la cantidad de búsquedas en Google. Si vos mirás las olas anteriores, las búsquedas de Google siempre acompañaron las curvas de los contagios y esta vez eso se vuelve a repetir en el ascenso y ahora en el descenso”, agregó.
Fuente: infobae