Desde hace unos años el término “manspreading”, la tendencia de los hombres a sentarse con las piernas abierta en el transporte público, se volvió muy popular y se impuso como una de las tantas luchas del feminismo.
Para combatirlo, una diseñadora inglesa diseñó una silla que “educa” a los hombres contra esta práctica. Laila Laurel, de 23 años, inventó dos sillas de madera, una para mujeres y otra para hombres.
“Mi trabajo se enmarca en la cuarta ola del feminismo”, contó la diseñadora inglesa, y agregó: “Con mi conjunto de sillas esperaba llamar la atención sobre el hecho de cómo se sientan hombres y mujeres e inspirar la discusión sobre el tema”.
La silla para mujeres está pensada para que ellas abran las piernas al sentarse, mientras que la del hombre obliga a quien se sienta a cerrar las piernas.
CM