martes, agosto 12, 2025

De Messi al dólar, las emociones de los hinchas argentinos en Moscú

El estadio de Spartak estaba colmado. El partido iba a comenzar, pero los hinchas corrieron su atención. El imán Diego Maradona se llevó todo puesto: el ex campeón del mundo se sentó en su platea y fue una de las grandes atracciones. "Olé, olé, Diego, Diego", sonó en las cuatro tribunas. Pero no fue el único que recibió su ovación: Oscar Ruggeri, quien trabaja como comentarista para un canal de televisión, y Javier Zanetti, también fueron reconocidos.

 

Moscú fue el núcleo del fútbol en este comienzo de Mundial . El partido inaugural se jugó el jueves pasado. Ayer lo hizo la Argentina y hoy será el turno de Alemania, el último campeón. Por eso, si de ovaciones se trata, ayer el más reconocido fue Lionel Messi . Poco les importó a los hinchas que el capitán argentino haya fallado su penal. La devoción por la Pulga va más allá de cualquier resultado.

Es más: después del penal, fue el momento en el que más calor de los hinchas recibió. Costó encontrar, entre los argentinos, alguna camiseta que no tuviese la número 10 en la espalda. La mayoría de las banderas tenían la cara o el nombre del rosarino. El ingenio es algo ya habitual, por eso detrás del arco en el que no pudo convertir la máxima pena, se vio una que lo ponía al rosarino como "el Profesor", personaje ya famoso de la serie "La Casa de Papel". Aunque esta era otra versión: "La Casa de Lionel".

No fue Messi el único destinatario de los aplausos argentinos. El nombre de Gonzalo Higuaín, una "víctima" constante de las burlas en las redes sociales, fue varias veces coreado antes de que ingresara en los minutos finales. Lo mismo sucedió con uno nuevo, Cristian Pavón, quien despertó la ilusión argentina cuando entró por Di María, aunque no pudo romper la paridad. El resto pasó desapercibido, como el caso de Jorge Sampaoli.

 

En Moscú, el subte conecta casi desde cualquier punto de la ciudad con el estadio. Por esa vía llegó la mayoría de los 30 mil argentinos que inundaron el estadio. Se bajaban a sólo dos cuadras de la puerta de la cancha, que tiene una estatua gigante del gladiador Espartaco. A sus pies, el calor argentino estuvo presente. Algunos fueron precavidos. Otros se enteraron apenas llegaron. En las puertas, un gran cartel en inglés pide que los hinchas "chequeen el tamaño de las banderas". En la pared hay una figura con medidas. Si se excede, no puede entrar. Por eso llevaron tijeras y velcro, para volver a unirlas una vez que ingresaban.

 

Pero como cualquier mundial, se vieron también remeras de otras selecciones. Mexicanos, colombianos, rusos, chinos. Varios alentando a la selección. Otros, por Islandia.

 

El seleccionado vikingo, igual, contó con su propio grupo. Casi siete mil hinchas colmaron el estadio y la habitual "guerra" de tribunas. Los islandeses no se quedaron atrás. Distribuidos en varios grupos en el estadio, aunque la mayoría ubicados en un rincón detrás del arco en el que marcó el gol Sergio Agüero, hicieron ruido con su tradicional festejo: el aplauso vikingo. Un bombo marca el ritmo de los aplausos y alaridos, que se van haciendo cada vez más continuados.

 

"¿ Saben a cuánto subió el dólar?", fue la consulta de varios hinchas en el estadio. Las respuestas fueron de los más variadas. Algunos la esquivaban. Otros repreguntaban. "No sé, ¿a 26?", dijo Juan, quien estaba con varios amigos. "Veremos a la vuelta cómo pagamos el viaje. Ahora, a disfrutar", argumentó.

 

"No me arruines el viaje", comentó Nahuel, quien viajó con un grupo de varias personas; todos llegaron gracias al paquete de una agencia de viajes. "Mejor ni enterarnos. Por suerte ya pagamos todo, sólo queda lo que gastemos acá", agrega.

 

Claro, la mayoría logró cubrir los gastos del viaje hace tiempo. Sin embargo, muchos se preocupan por "el día a día". "Será cuestión de empezar a caminar. O comer arroz", bromea Alberto, quien viajó a Rusia con su mujer y su hijo, de 13 años.

 

Los controles que impuso FIFA fueron bastante eficientes para evitar un tema siempre presente en estos eventos: la reventa. Todos los hinchas que fueron a la cancha, estaban con su "Fan ID", una suerte de identificación para portar un ticket. Muchos argentinos llegaron ayer sin entradas. Había carteles en español, inglés y hasta ruso para conseguirlas. La mayoría no consiguió. Otros, por lo bajo, contaron que llegaron a pagar 700 dólares, cuando la más cara para el encuentro de ayer rondaba los 300 dólares.

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