martes, mayo 7, 2024

Desafío: ¿por qué al Gobierno le cuesta tanto bajar la inflación?

Una suba generalizada en el 75% de los precios y servicios que intentan recomponerse tras la devaluación, explica uno de los mayores desafíos del Banco Central.

El remonte de la inflación en enero al 2,9% mensual mostró que los precios siguen su propia marcha pese a la dura política monetaria que está llevando adelante el Gobierno, la calma cambiaria y la recesión.

Esa inercia inflacionaria no sólo se demuestra en los niveles mensuales, sino también en la proporción de precios que sube semana a semana y se mantiene en niveles altos, en un 75%, según calculó FIEL.

En tanto, los precios de los servicios privados, que no fueron tan afectados el año pasado por la devaluación, este año están tratando de acortar la brecha con los de los bienes, que saltaron el año pasado como reacción al tipo de cambio.

Esa suba rezagada de precios de los servicios y un índice de difusión alto mantienen la inflación en un terreno del 2,5 a 3% mensual este semestre, a pesar de las altas tasas de interés.

El indicador de difusión de la inflación muestra el porcentaje de precios tiene variación positiva. Según datos de FIEL, en los últimos dos meses un 75 a 76% de los precios aumentan y sólo un 15 a 19% bajan, sobre todo en períodos estacionales.

A modo de comparación, en septiembre pasado, cuando se produjo el pico de 6,5% mensual, el porcentaje de precios que aumentaba era de 90%, es decir, casi todos los precios de la economía. En octubre, con una inflación de 5,4%; alta, pero en desaceleración. La proporción de precios que subía era del 89 por ciento.

“En meses de alta inflación o evento inflacionario, muchos precios suben. No todos, porque algunos se actualizan una vez por año, como la educación”, dijo Juan Luis Bour, director de FIEL.

Ese evento inflacionario fue la fuerte devaluación de fin de agosto que se trasladó a los precios en los siguientes meses. Y pese al cambio a una política monetaria dura, de fuerte control de los agregados monetarios y altas tasas de interés, y la calma cambiaria, el porcentaje de precios que sigue aumentando se mantiene alto.

El 75% de hoy sigue siendo más alto que el 69% de precios que subía en 2017, que cerró en un nivel alto, 25%, pero por debajo del 49,3% que cerró el mes pasado. En cambio, en una economía con baja inflación, una enorme cantidad de precios no se mueven.

“Un 75% indica cuán extendida está la variación de precios. Mucha gente en el pasado decía que no había inflación, sino que había aumento de tarifas solamente. Si más del 70% de los precios está subiendo es una confirmación de que el fenómeno inflacionario está distribuido”, explicó Bour.

En alimentos, la cantidad de precios que sube está aún más generalizada: hoy es de un 85%, lo que muestra todavía un traspaso a precios importante de la devaluación a precios.

Esa dinámica de precios es coherente con una inflación de 3,4% en enero en alimentos y bebidas, 0,5 puntos por encima del promedio.

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