El Día Mundial del Parkinson, celebrado el 11 de abril de cada año, tiene su origen en un momento histórico significativo relacionado con la descripción inicial de esta enfermedad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) designó esta fecha en honor al médico británico James Parkinson, quien en 1817 publicó por primera vez un ensayo sobre lo que hoy conocemos como la enfermedad de Parkinson.
“El Día Mundial del Parkinson es en conmemoración del aniversario de James Parkinson, el Médico británico que describió por primera vez la enfermedad”, explicó la OMS.
La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurodegenerativo que afecta principalmente a adultos mayores, caracterizado por síntomas como lentitud de movimientos, rigidez muscular, temblor en reposo y pérdida de reflejos.
Aunque la causa exacta aún no se conoce completamente, se sospecha que puede deberse a una combinación de factores genéticos y ambientales.
Factores de riesgo
Según la OMS, “la exposición a la contaminación atmosférica, los plaguicidas y los disolventes puede aumentar el riesgo” de desarrollar la enfermedad.
Estos factores ambientales pueden contribuir a la muerte progresiva de las neuronas que producen dopamina en el cerebro, lo que desencadena los síntomas característicos del Parkinson.
La enfermedad de Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa más común después del Alzheimer. Afecta principalmente a personas mayores, con una edad media de inicio alrededor de los 55 años. Aunque existen casos poco frecuentes de pacientes más jóvenes, la mayoría de los afectados son adultos mayores.
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“Menos de 1% de la población general padecen esta patología, sin embargo el riesgo de presentarla aumenta con la edad siendo de alrededor de 2% o más en mayores de 60 años”, indicaron las fuentes médicas.
Entre los factores de riesgo conocidos para el Parkinson se encuentran la edad avanzada, antecedentes familiares de la enfermedad y la exposición crónica a toxinas ambientales como herbicidas y pesticidas. Los hombres también tienen una mayor probabilidad de desarrollar la enfermedad en comparación con las mujeres.