Este viernes 11 de octubre, se celebra el Día Nacional del Asado, uno de los platos más representativos de nuestro país. En la previa de su cocción, incluye la tarea del asador de seleccionar los mejores cortes, preparar el fuego con maestría y compartir junto a la parrilla una buena picadita, si está al alcance.
Esta comida es una rutina de unión que nació en tiempos de gauchos y facones, allá por el siglo XVIII. Mientras en la ciudad la cocina española atraía la atención, en el campo se veía el asado humilde del peón, el improvisado fuego del gaucho y las generosas parrillas de los estancieros: vacas con cuero, achuras crocantes, piezas ensartadas en la cruz.
Ya en el siglo XIX, saladeros y frigoríficos fueron acercando las reses a las zonas suburbanas. Y con ellas llegó el asado a la ciudad, se popularizó y sobrevivió a todas las moda foráneas hasta la actualidad. Sin embargo, no fue hasta el siglo XXI que este ritual tan autóctono tuvo su propio día para ser celebrado, un 11 de octubre.
La iniciativa de convertirlo en una efeméride surgió desde una comunidad en Facebook, que en 2013 planteó una convocatoria para sumar a los argentinos a un homenaje popular a esta comida que uniera a todos los habitantes del país sin importar la región, edad, clase social, ideología política o religión.
“Somos todos argentinos y a 200 años de nuestra historia, no nos hemos dado cuenta de celebrar uno de los acontecimientos más importantes de nuestra vida como sociedad, la de festejar el Día de ´nuestro asado argentino´”, expresaban desde la cuenta @diadelasadoargentino e invitaban “a festejar un día al año el rito social por excelencia que tenemos, el de compartir un asadito en casa”.