Una frase repetida en la calle es que “la plata no alcanza”, porque los billetes emigran cada vez más rápido de los bolsillos, por una causa preponderante: la alta inflación que arrastra Argentina hace décadas. De hecho, según economistas, este año estará por encima del 50%.
Una situación que golpea de lleno a la máxima denominación monetaria que tiene el país, que es el de $1.000, y que fue creada hace tan sólo unos 4 años.
En resumidas cuentas, el billete con la figura del hornero perdió desde su nacimiento a la actualidad un 80% de su valor en dólares, a causa de la estrepitosa inflación y del salto devaluatorio en ese lapso.
De hecho, en los últimos meses surgieron varias voces pidiendo “papeles” de mayor denominación, ante el cuello de botella que se arma en bancos y comercios, por la necesidad de canalizar la cada vez mayor cantidad de billetes que se requiere para cargar en cajeros automáticos. Y también la necesidad de los negocios de bajar el enorme volumen de dinero que deben enviar a las entidades financieras y proveedores.
Puntualmente, hubo numerosas voces con las ideas de incluir a diferentes próceres y figuras históricas en potenciales papeles de $5.000 y $10.000, pero todo, por ahora, todo quedó en la nada.
Algunos economistas temen que vuelva a ocurrir la misma decisión política que hubo durante los gobiernos kirchneristas, de no imprimir, en ese entonces, denominaciones mayores a las de $100, para evitar reconocer en los hechos que existía un grave problema inflacionario.
En cifras, cabe recordar que hace 20 años atrás, el billete de mayor valor ($100) equivalía a 100 dólares, paridad que se mantuvo hasta el agotamiento de la Convertibilidad, con la virtual extinción del 1 a 1 en diciembre de 2001.
Hoy, en cambio, el papel más alto ($1.000) apenas alcanza para comprar u$s5,9 en la plaza cambiaria libre, que es la que permite comprar divisas tanto en la Bolsa de Comercio por medio de operaciones de MEP (compra y venta de bonos), como en el blue.
“A partir de fines de 2001, fue un declive más o menos pronunciado en el que el heroico billete de $100 sobrevivió como el máximo exponente en poder de los argentinos. Precisamente, en junio de 2016 cuando su valor resultaba equivalente a u$s7, entró en escena el billete de $500 que, por un breve período, se constituyó en el máximo referente de la moneda doméstica”, recuerda a iProfesional Andrés Méndez de AMF Economía.
Así, detalla que en julio de 2016, y a pesar de esta “quintuplicación nominal” con el de $500, este billete de mayor denominación resultaba equivalente a u$s34, que era alrededor de la tercera parte de lo que representaba el de $100 en los meses finales de la convertibilidad.
Fuente: Iprofesional