El candidato de izquierda Gabriel Boric lidera el recuento de votos en el balotaje presidencial en Chile, con 54,1% de los votos, mientras que el pinochetista José Antonio Kast tiene 45,9%, con 29,94% de los sufragios contabilizados.
Más de 15 millones de chilenos estuvieron llamados a votar quién sucederá al mandatario Sebastián Piñera el 11 de marzo de 2022, en una jornada marcada por la escandalosa falta de transporte colectivo en los barrios populares del Gran Santiago.
Servel, la autoridad electoral que se sumó a las críticas al gobierno por ese problema, anunció el cierre de las mesas de votación y aclaró que podrán votar aquellas personas que se encontraban dentro de los establecimientos habilitados al horario de finalización de los comicios.
Codo a codo en los sondeos, el abogado ultraderechista José Antonio Kast, de 55 años, contrario al aborto y al matrimonio igualitario, se enfrenta al joven diputado de izquierda Gabriel Boric, de 35 años, la edad mínima para postular a la presidencia en Chile.
“Somos nuevas generaciones que entran a la política con las manos limpias, el corazón caliente pero con la cabeza fría”, afirmó Boric, de la alianza Apruebo Dignidad (que reúne al Frente Amplio y al Partido Comunista), tras emitir su voto en la austral Punta Arenas, su ciudad natal, a unos 3.000 km al sur de Santiago.
Al votar en la localidad rural de Paine, donde vive, en las afueras de Santiago, Kast auguró “una elección estrecha” y planteó la posibilidad de que se pueda definir en los Consejos Electorales, encargados de analizar los votos posteriormente.
Consultado por la prensa, el candidato de la ultraderecha afirmó que el resultado podría definirse por una diferencia de unos 50.000 votos. Boric afirmó que acataría el resultado “sea cual sea”.
Tres encuestas previas, de la brasileña AtlasIntel, y las chilenas Cadem y Pulso Ciudadano, muestran un estrecho margen entre los dos candidatos, con una pequeña ventaja para Boric.
El país atraviesa profundos cambios desde 2019, cuando surgieron multitudinarias protestas en reclamo de una mayor igualdad y derechos sociales.
Ese proceso desencandenó en la elección el año pasado a favor de redactar una nueva Constitución para reemplazar la promulgada durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990). La Convención que redacta el nuevo texto -dominada por representantes de izquierda-, debería concluir su trabajo a mediados del próximo año, bajo la mirada del nuevo mandatario.
(Fuente: Ámbito)