El drama de la compra de Twitter parece nunca terminar. Luego de varias denuncias anónimas, las autoridades de San Francisco debieron enviar inspectores al edificio principal de la red social para relevar si los empleados que no habían sido despedidos estaban siendo obligados a dormir en el lugar.
El medio Forbes fue el primero que publicó las imágenes de una sala de reuniones equipada con bolsas de dormir. Esto fue solo el puntapié para que varios medios locales comenzaran revelar que Musk había ordenado “convertir” oficinas en habitaciones, para que aquellas personas que trabajan en otras empresas del magnate se acomoden allí también.
Pero eso no solo terminó ahí: un exempleado declaró que el mismo Musk se queda a dormir en los cuarteles de Twitter y que el CEO había dicho que se la pasaría allí “hasta que la organización estuviese arreglada”.
Estas pruebas obligaron al Ayuntamiento de San Francisco a enviar inspectores para asegurarse que el edificio no estuviese siendo usado “como un hotel” y que no se esté obligando a los empleados a quedarse allí.
Ante esto, Musk respondió de una extraña manera: “La ciudad de San Francisco ataca a las compañías que ofrecen camas para los trabajadores cansados en lugar de asegurar que los niños están protegidos frente al fentanilo (en alusión a la crisis por las adicciones de opiáceos de la ciudad)”, declaró.
Las autoridades de San Francisco aún les queda declarar qué han encontrado de su investigación de las “habitaciones temporarias” que se han armado dentro de Twitter y por el cual se ha puesto en alerta a las organizaciones de derechos laborales.