viernes, abril 19, 2024

¿Es cierto que las bananas previenen los calambres?

Llegan sin avisar, se adueñan de nosotros por agónicos minutos y, luego, desaparecen sin dejar rastro. ¿Tiene algún sentido el remedio frutal que nos ofrece la abuela para paliarlos?

Nos despiertan en medio de la noche con un dolor agudo e incontrolable, nos sorprenden luego de muchas horas escribiendo en la computadora o después de una caminata muy larga, incluso al correr el colectivo. Cuando menos lo esperamos los calambres llegan sin avisar, se adueñan de nosotros por agónicos minutos y, luego, desaparecen sin dejar rastro.

Los calambres se clasifican en dos grandes grupos: los que están relacionados con el ejercicio y los que no lo están, como los calambres nocturnos. Dentro de este último grupo, cuando el problema persiste, es recomendable consultar al médico para descartar problemas subyacentes. No vamos a dedicarnos a este grupo porque no hay mucho más para decir. En cambio, sí vamos a hablar de los calambres relacionados con el ejercicio, porque disponemos de un poco más de información y porque, tradicionalmente, las abuelas ofrecían un remedio frutal para paliarlo: comer banana antes del ejercicio. ¿Tiene algún sentido?

Alrededor del 1900 se hicieron los primeros estudios relacionados con calambres. En aquella época era muy común oír acerca de los “calambres de minero” o “por calor”, condición que padecían no sólo los trabajadores de las minas sino también quienes cargaban y descargaban mercancías en los barcos de vapor. Ambos grupos tenían en común largas jornadas de trabajo en condiciones extremas de calor y humedad así que a los investigadores de la época se les ocurrió que la transpiración podía ser la clave. Al analizar el sudor de quienes padecían más frecuentemente esta condición encontraron altos niveles de cloruros. Así, concluyeron que la excesiva sudoración hacía que perdieran valiosos electrolitos y, en consecuencia, sus músculos funcionaran mal.

La teoría de la pérdida electrolítica por deshidratación fue aceptada durante mucho tiempo pero no cuadraba del todo. El primer problema es que cuando sudamos perdemos más agua que electrolitos, con lo cual, en realidad, no estamos disminuyendo su concentración, sino, a lo sumo, aumentándola. El segundo es que los calambres ocurren en músculos específicos y no en cualquier lugar. Es de esperar que si sufriéramos una pérdida general de electrolitos, los espasmos aparecieran en todo el cuerpo, que es lo que de hecho ocurre en la gente que tiene un trastorno llamado hiponatremia (en el que el sodio en sangre cae a valores muy bajos).

Entonces… ¿Las bananas? ¿El potasio? ¿Las bebidas deportivas? Varios estudios muestran que la deshidratación y los niveles de electrolitos no están relacionados con los calambres durante o después del ejercicio.En particular, hay dos investigaciones hechas sobre grupos de maratonistas y triatletas donde se ve que los niveles de potasio no son significativamente diferentes entre aquellos que sufren calambres y los que no. Como para terminar de enterrar la hipótesis, en un tercer estudio se alimentó con dos bananas a un grupo de ciclistas luego de una hora de pedaleo constante y se midieron sus niveles de potasio. ¿La conclusión? Es muy poco probable que pueda utilizarse como un tratamiento eficaz para los calambres musculares asociados con el ejercicio.

En cuanto a las bebidas deportivas, es importante notar que casi todos los estudios que indican que son útiles para evitar o aliviar los calambres están financiados por… las mismas compañías que producen las bebidas deportivas. Por lo tanto, tenemos un conflicto de interés. Dentro de los que no caen en esa categoría, hay un estudio en el que se les dio a los participantes jugo de pickles (muy salado) y bebidas con carbohidratos y electrolitos y no se observaron cambios sustanciales a lo largo de una hora en la concentración de los electrolitos en el plasma sanguíneo de los participantes. Algo parecido a lo que ocurría con las bananas. Es decir que, en el caso de que los calambres asociados con el ejercicio tuvieran alguna relación con la deshidratación o el nivel de electrolitos parece ser que ninguna de estas bebidas haría algo para solucionarlos.

Por eso, pese a lo que la abuela decía, hasta el momento no hay evidencia científica que sostenga que las bananas (y las bebidas deportivas) mejoran o previenen los calambres.

¿Es cierto que las bananas previenen los calambres?
Basándonos en la última de las teorías vigentes para la explicación de los calambres asociados con el ejercicio, que sostiene que se deben a una disfunción en un control reflejo de los nervios motores como consecuencia de la fatiga, la mejor solución parece ser realizar estiramientos para intentar relajar el músculo afectado. Suena a poco, y ni siquiera tenemos la certeza de que funcione pero, por el momento, tendremos que conformarnos.

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