domingo, mayo 19, 2024

Estudio afirma que la pérdida de audición incrementa riesgo de padecer enfermedades cerebrales

Un artículo publicado en The New York Times sobre un estudio alertó sobre los riesgo de la pérdida de audición y los posibles problemas cognitivos.

La pérdida auditiva no tratada afecta a casi 38 millones de personas en Estados Unidos y los recientes estudios alertaron sobre un riesgo de sufrir demencia, depresión, caídas y enfermedades cardiovasculares.

Jane E. Brody escribió un artículo en The New York Times donde cuenta los riesgos desconocidos y habla de su propia experiencia a través de un exhaustiva investigación.

La periodista se realizó un estudio al inicio de la investigación con resultados un poco sorprendentes ya que le recomendaba usar un dispositivo para mejorar su audición en lugares frecuentes.

Un estudio reveló que incluso en personas con una audición “normal”, pueden experimentar déficits cognitivos. ¿Qué significa? que pueden no tener buenos resultados en pruebas estandarizadas de función cerebral, como vincular números con símbolos dentro de un periodo de tiempo específico.

La pérdida auditiva es el factor de riesgo modificable más grande para el desarrollo de demencia, superando al tabaquismo, alta presión sanguínea, falta de ejercicio y el aislamiento social. Todo de acuerdo con un análisis internacional publicado en The Lancet en 2017.

Evitar o tratar la pérdida auditiva en la mediana edad tiene un potencial del nueve por ciento de disminuir la incidencia de la demencia. Los riesgo de escuchar puede afectar el funcionamiento del cerebro porque mantiene a la gente socialmente aislada y rodeada de estímulos inadecuados del entorno auditivo. La memoria es otro de los afectados de manera adversa porque lo que no se escucha claramente afecta la capacidad del cerebro para recordarla.

Investigaciones sobre pérdidas cognitivas relacionadas con la pérdida auditiva subclínica de 6541 personas de 50 años en adelante, indican que cualquier nivel de pérdida auditiva puede tener un efecto adverso.

No obstante, ese umbral en realidad es arbitrario. El autor principal del estudio, Justin S. Golub, otorrinolaringólogo e investigador del Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia, y sus colegas descubrieron que la pérdida auditiva es un continuo que comienza con la audición “perfecta” en 0 decibeles (el nivel de sonido que genera un alfiler al caer), con déficits cognitivos cuantificables que ocurren con todas las pérdidas adicionales por encima del cero.

Golub expresó: “Actualmente solo el 25 por ciento de las personas mayores de 80 años usan aparatos auditivos, pero el 80 por ciento de ellos tiene una pérdida auditiva importante”.

Los estudios indican que la protección de la pérdida auditiva debe comenzar en la infancia.

Frank Lin, director del Centro Coclear para la Audición y la Salud Pública en la Escuela Bloomberg de Salud Pública de la Universidad Johns Hopkins manifestó: “Con la gente que tiene muy buena audición, debemos estar conscientes de cómo los cambios tempranos en la audición afectan al cerebro. Sin duda, la medida más importante para preservar la audición es protegerse del ruido”.

El especialista recomienda que la gente que escucha música con audífonos o auriculares compren unos que tengan función de cancelación de ruido para bloquear el sonido del ambiente.

Para 2022 se espera los resultados de la prueba Evaluación del Envejecimiento y de la Salud Cognitiva en los Adultos Mayores llevada a cabo por el Instituto Nacional del Envejecimiento de los Estados Unidos. Son 997 personas de edades que oscilan entre los 70 y los 84 años con pérdida auditiva de ligera a moderada con el fin de determinar cuán efectivos pueden ser los aparatos auditivos para disminuir el riesgo de padecer demencia.

D26.

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