En un thriller, la actriz interpreta a una hija que recurre a su padre biológico para zafar de los narcos. En su vida, admite que prefiere llevar buenas noticias.
En una trhiller relacionado con el mundo del narcotráfico en la frontera llamada “trichaco”, que limita con Bolivia y Paraguay, se destaca la infartante actriz Eva De Dominici, quien a sus 25 años alcanza con su tercera película el protagónico absoluto junto a Alejandro Awada, tras Sangre en la Boca (2016) con Leo Sbaraglia y el film de terror No Dormirás (enero de 2018).
“Estoy más grande y como actriz más madura. Me encanta correr nuevos riesgos, nunca había hecho un thriller. Mi personaje es una joven normal en una situación extraordinaria. Ella es una mula que debe llegar a la frontera pero su compañero muere con las cápsulas de cocaína en su cuerpo, tiene que entregar la mercadería y entra en desesperación porque los traficantes no perdonan. En esta situación ¿qué hace uno?, llama a su padre (Awada) a quien nunca conoció. Sabe que su única herramienta es la amenaza. La película habla que el vínculo de sangre no necesariamente es un vínculo afectivo”, señala la actriz.
Ella nunca estuvo en un caso extremo ni si quiera cercano, salvo en el rodaje del film que duró tres semanas saltó en los medios un caso de narcotráfico que la policía detectó el intento de pasar 12 kilos de cocaína a Bolivia, sostiene que “siempre está el deseo de que el padre sienta orgullo de un hijo, querés que te quieran. Pero mi personaje no siente afecto por su padre. No existe ese vínculo ¿qué pasa cuando un padre no puede amar a una hija?. En este marco ella piensa que la salida sea una especie de venganza”.
