El decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM), Horacio Simes, advirtió sobre la delicada situación que atraviesa la educación superior pública en el país. En Códigos, la política desde adentro, analizó el impacto del presupuesto congelado, los salarios deteriorados y el clima de tensión que enfrenta el sistema universitario.
Según explicó, el problema no es nuevo, pero se profundizó en los últimos meses con el retraso de partidas y la ausencia de programas especiales de infraestructura e innovación. “Tenemos un 40% de merma en el poder adquisitivo respecto de diciembre de 2023. Eso afecta tanto a docentes como a no docentes y compromete la calidad de las actividades”, aseguró.
“La universidad es libertad y transformación”
Simes planteó que el discurso oficial desconoce el rol real de las universidades públicas en la sociedad. “El 80% de los estudiantes del país estudian en instituciones públicas y el 60% de la investigación básica y aplicada se genera allí. ¿Qué mayor libertad que la de poder elegir estudiar?”, subrayó.
Recordó que las universidades y los institutos de investigación estatales, como el CONICET, el INTA y el INTI, producen avances permanentes, muchas veces invisibles, que luego impactan en la vida cotidiana.
Con relación a la matrícula, detalló que solo en la Facultad de Ciencias Económicas hay 5.000 estudiantes y 300 docentes, y que la universidad completa supera los 30.000 alumnos distribuidos en seis facultades y dos escuelas. “Somos muchos, y detrás de cada número hay trayectorias personales y familiares que encuentran en la universidad una oportunidad de movilidad social”, expresó.

Sueldos bajos y riesgo de fuga de talentos
Consultado sobre los salarios, el decano precisó que un ayudante de primera con dedicación simple -10 horas semanales- percibe alrededor de $250.000 mensuales, mientras que un jefe de trabajos prácticos ronda los $300.000 a $320.000. Un profesor titular con dedicación exclusiva y máxima antigüedad puede alcanzar $2,5 millones, aunque, según Simes, “para un académico doctorado y con prestigio científico, es poquísimo”.
"Hace poco dos docentes nuestros decidieron irse porque el costo de oportunidad ya resultaba más conveniente afuera. Esa fuga de talentos empieza a ser un problema real”, alertó.
Además, señaló que el recorte presupuestario impacta de manera directa en infraestructura, programas de investigación y adquisición de tecnología. “Tenemos obras frenadas y equipos que quedaron pendientes porque no hay fondos específicos. Eso obliga a resignar gastos de funcionamiento, lo que limita la vida diaria en el campus”, indicó.
“No hay caja política, hay auditorías permanentes”
Frente a las acusaciones del Gobierno nacional de que las universidades manejan recursos sin control, Simes fue categórico: “Es falso, como todo lo que se dijo sobre adoctrinamiento o estudiantes extranjeros. Nosotros tenemos auditorías internas, rendiciones mensuales a los organismos nacionales y sistemas de información abierta en la web. Además, la Auditoría General de la Nación y la SIGEN supervisan regularmente”.
En ese sentido, aseguró que la UNaM administra “recursos públicos con extremo cuidado” y que cada peso se destina a sostener la calidad educativa. “Estamos conscientes de la responsabilidad que implica manejar fondos de todos. Los aplicamos con la máxima transparencia”, enfatizó.

Retención estudiantil y apoyo provincial
Aunque reconoció que hubo deserciones, sobre todo al inicio del ciclo lectivo, aclaró que también se registra una migración desde universidades privadas hacia la pública, por el encarecimiento de cuotas. Para sostener a los alumnos que trabajan, la facultad implementó carreras híbridas que permiten cursar de forma remota y compatibilizar estudios con empleo.
Asimismo, destacó el acompañamiento del gobierno de Misiones con programas de asistencia, becas y comedores. “La provincia nos respalda con distintas herramientas, desde operativos de salud y alimentación hasta apoyo en gastos básicos. Eso nos permite estar cerca de los estudiantes”, valoró.
En ese sentido, Simes subrayó también el acompañamiento del exgobernador y actual diputado nacional Oscar Herrera Ahuad. “Lo hemos recibido estos días y nos confirmó su apoyo firme a la universidad pública, así que venimos trabajando muy bien con la provincia”, expresó, valorando el rol de quienes sostienen la defensa de la educación superior en un contexto de fuertes tensiones presupuestarias.
Expectativas y futuro
De cara al presupuesto 2026, Simes expresó confianza en que el Congreso revierta el veto presidencial este jueves y avance con la ley de financiamiento universitario. “Eso permitiría mejorar las partidas y bajar la tensión. Pero sentimos que persiste una mirada ideológica que minimiza el valor de la universidad pública”, reflexionó.
Pese al panorama, rechazó la idea de un posible cierre. “La educación pública sigue estando entre las instituciones mejor valoradas por la sociedad. El respaldo de la gente, de los legisladores y de las provincias nos da la certeza de que la universidad no se apaga”, afirmó.
Por último, envió un mensaje directo al presidente Javier Milei: “Que acompañe a las universidades públicas. Somos parte de la solución, no del problema. Formamos profesionales, producimos ciencia y transformamos vidas. Hay mucho para mejorar, pero negar lo que significa la universidad para la Argentina es desconocer uno de los mayores bienes sociales del país”.



