Pulseada
Para la visita que comienza hoy, los principales puntos de potenciales conflicto serían dos. El primero, y más importante, es la posible crítica que Cardarelli y su grupo hagan por la política de compra de dólares del BCRA inaugurada en enero de este año. Más concretamente, la cantidad de pesos que se estarían volcando al mercado interno a partir de estas operaciones y sus consecuencias ante la promesa al FMI de una restricción máxima en la base monetaria. El compromiso oficial que se había pactado con el Fondo Monetario, como contrapartida para la aceptación de la aplicación de la “zona” por parte del organismo, fue sostener la emisión de pesos al límite máximo acompañando el compromiso de déficit cero comprometido por el Gobierno. Desde Hacienda y el BCRA se insistirá en que la compra de dólares para sostener el precio de la divisa será, al menos hasta abril, inofensiva y neutra. O que al menos puede ser amortizada sin consecuencias por los instrumentos hoy en funcionamiento. Se sabe que el FMI fue en el momento de la negociación del acuerdo de septiembre pasado, crítico ante la aplicación del mecanismo de bandas ya que, históricamente, desde el organismo son amantes de los esquemas de tipo de cambio libres o con la menor cantidad de intervención de parte de las autoridades. El haber obtenido una luz verde para la aplicación del sistema de bandas superior e inferior fue una novedad fruto de la negociación que Sandleris, antes de ser titular del BCRA y el entonces vicepresidente de la entidad, Gustavo Cañonero. Fue además pensada siempre para tener una referencia en el límite máximo del dólar y no para sostener un piso.
El segundo capítulo polémico con el FMI, es la revisión del número final que tendrá el PBI este año. El Fondo pronostica una caída del 1,6% mientras desde el Gobierno aún se defiende la posibilidad de una baja de sólo 0,5%. La polémica no es en realidad por el porcentaje, sino por los resultados diferentes que reflejarían los números de la macroeconomía para este año (fundamentalmente, recaudación impositiva) en caso que no se llegue a las proyecciones que elaboró el Gobierno y que se aprobaron en el Presupuesto. Donde por ahora no habría discusiones es en el compromiso oficial para lograr el corazón el acuerdo con el FMI para este año: la meta de déficit cero comprometida por Nicolás Dujovne. En esta primera revisión de 2019 aún no hay cifras fiscales lo suficientemente sólidas como para que los visitantes sean críticos. La polémica quedará para la próxima misión. El Gobierno había acordado un programa de 36 meses con el FMI, por un auxilio financiero de u$s56.000 millones hasta 2020, de los cuales Argentina ya recibió u$s28.000 millones.