El 23 de enero se celebra en Argentina el Día Nacional del Músico, una fecha instaurada en honor a Luis Alberto Spinetta, que nació en ese mismo día en 1950. Conocido como “El Flaco”, Spinetta revolucionó el rock argentino con su inigualable talento como cantante, guitarrista, poeta y compositor plasmado en más de 40 discos.
Luis Alberto Spinetta empezó su carrera en la música en 1967 con Almendra, banda que definió los cimientos del rock ‘n’ roll junto a Emilio del Guercio, Edelmiro Molinari y Rodolfo García. Con clásicos inmortales como Muchacha (ojos de papel), Laura va y Ana no duerme, el grupo dejó dos discos históricos (Almendra I y II), antes de separarse en 1970. Aunque el reencuentro llegó en 1980 con otros tres LPs, el impacto de la banda en sus primeros años consolidó a Spinetta como un visionario del arte.
La carrera solista de Spinetta comenzó formalmente en 1971 con La búsqueda de la estrella, pero alcanzó su madurez creativa en los años 80 y 90 con discos como Kamikaze (1982), que reflejaba su costado más acústico, y Mondo di cromo (1983), donde volvió al rock eléctrico. En esta etapa, también lideró la banda Spinetta-Jade, con la que lanzó cuatro discos fundamentales, entre ellos Bajo Belgrano (1983).
En 1985, la esperada colaboración con Charly García dio como resultado el icónico Rezo por vos, una canción que sintetiza la genialidad de ambos músicos. Dos años después, Téster de violencia (1988) marcó un punto alto en su discografía por su concepto unificador sobre el cuerpo humano como herramienta de percepción y creación.
En los 90, Spinetta lanzó Pelusón of milk (1991), que incluye el eterno Seguir viviendo sin tu amor, y a la vez lideró Los Socios del Desierto, una banda que redefinió su sonido en vivo. A pesar de las trabas discográficas, lanzó un disco doble que rápidamente se convirtió en un éxito de ventas. Más adelante, con álbumes como Para los árboles (2003) y Pan (2006), se metió de lleno en la electrónica y siguió ampliando sus horizontes musicales. El reconocimiento a su obra fue inmenso, con premios como el Gardel de Oro en 2009 o el Konex de Honor en 2015.
Aunque su verdadera herencia reside en las canciones que, como él mismo decía, “no pertenecen a nadie, sino al aire”. Spinetta sigue siendo el alma del rock argentino, un poeta inmortal que supo transformar las palabras en arte eterno.