martes, diciembre 16, 2025

Incertidumbre electoral en Brasil: el mercado financiero mira con recelo a Bolsonaro y Haddad

Brasil enfrentará su próxima elección nacional en medio de la mayor incertidumbre económica en cien años, con la perspectiva cierta de que se complete una nueva “década perdida”, en un país acostumbrado a elevadas tasas de crecimiento anual.

La importancia de estas elecciones es manifiesta, ya que no solo tendrán consecuencias a nivel interno, sino que se extenderán a toda la región.

Según Shelly Shetty, responsable del equipo de calificaciones soberanas para las Américas de Fitch, “las elecciones son impredecibles y hay considerables políticas asociadas con ellas. Son importantes para el curso futuro de Brasil dado el alto déficit fiscal y las desafiantes perspectivas de crecimiento”.

“Los efectos de contagio más amplios para el resto de la región dependerán del desempeño económico que se produzca en Brasil en la próxima administración”.

“Si el próximo gobierno puede avanzar en reformas estructurales para mejorar las perspectivas de las finanzas públicas y el crecimiento, podría beneficiar a las demás economías, ya que proporcionaría la base para un entorno más estable”, apunta Shetty.

Un estudio reciente de la firma financiera internacional Tullett Prebon evaluó que el producto bruto interno (PIB) brasileño habrá crecido en promedio entre el 2011 y 2020 menos de 1%, lo que determinará un estancamiento del ingreso per cápita.

A la situación se llegó luego de una profunda recesión entre el 2014 y 2016, a lo que siguió una economía que carece de la fuerza para empujar al país a un crecimiento fuerte. El año pasado Brasil se expandió un 1% y este año la situación prevista es muy similar, en torno al 1,5%.

Cabe recordar que el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su último reporte de previsiones de crecimiento, rebajó el pronóstico para Brasil del 2,8% para este año que había emitido en abril, hasta el 1,8% actual, lo que impactó fuertemente en el dato para el conjunto de Latinoamérica, que bajó desde el 2% a 1,6%.

A partir del próximo cambio de gobierno aparecen algunos pronósticos algo más optimistas, donde se habla de promedios de 2,5%, pero incluso así esa situación no llega a cambiar totalmente el panorama tras la fuerte caída de los años anteriores.

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