El titular de la FIFA advirtió tarde el particular detalle de los guantes blancos que lucía el entrenador en la gala del sorteo del Mundial 2026.
El sorteo de la Copa Mundial de la FIFA 2026, celebrado en el Centro John F. Kennedy para las Artes Escénicas de Washington D.C., acaparó la atención mundial. Visto por millones, el evento fue mucho más que la simple distribución de grupos: simbolizó el lanzamiento oficial de la nueva era del Mundial con 48 equipos.
Si bien la jornada tuvo varios momentos destacables, uno de los que -sin dudas- no pasó inadvertido fue el ingreso de Lionel Scaloni a la gala con la Copa del Mundo en sus manos. Más allá de que la entrada fue por demás emocionante, lo llamativo fue que el entrenador argentino fue obligado a utilizar guantes para cargar el gran premio.
Cuando le consultaron por los guantes blancos, el DT de la albiceleste no dudó en bromear: «Y… era el color que había», dijo, provocando la risa de los periodistas presentes. Luego, advirtió que estaba obligado a usarlos: «No me dejaban tocarla sin los guantes, la verdad, por protocolo. Bueno, algo incómodo, pero era lo que tocaba», cerró.

Tras esto, Gianni Infantino aprovechó la jornada de este sábado en el mismo lugar donde se realizó el sorteo para pedirle «disculpas» públicamente al DT de la Selección Argentina.
En medio de la gala donde se anunció el calendario de partidos de la Copa Mundial 2026, con las sedes y los horarios específicos para los 104 partidos del torneo, el titular de la FIFA miró a Scaloni -que se encontraba en primera fila- y lo invitó a subir al escenario: «Pido disculpas en nombre de la FIFA, no lo sabía. Y claro que los campeones del mundo pueden tocar la Copa. No lo sabía, me lo han dicho ahora», manifestó, apenado por la situación.
Fue entonces cuando dijo «y en nombre de la FIFA…» y lanzó un gesto como invitando a subir a Scaloni, quien en principio se mostró reticente, pero luego debió acceder. «No, no, sí, sí, ahora vienes…», insistió Infantino. Tras esto, el DT de la albiceleste tomó la Copa en sus manos y, entre risas, habló nuevamente para todos.
