La Iglesia Católica insistió en su pedido por el envío de alimentos a comedores populares y se mostró en contra de la eliminación de los movimientos sociales como intermediarios que propone el Gobierno.
“Hoy nadie puede asumir la cantidad y complejidad del trabajo social de manera individual, y es por eso que insistimos en integrar a todos aquellos que con enorme sensibilidad atienden a los más pobres y en que también se les dé la ayuda necesaria para que puedan seguir haciéndolo”, señaló la Comisión Episcopal de Cáritas a través de un comunicado.