viernes, marzo 21, 2025

La yerba mate y la injusticia de siempre: los zares se llevan todo

Por Ygor Sobol – Productor yerbatero. Otra vez lo mismo. Otro año en el que los productores de yerba mate peleamos por lo básico: un precio justo por nuestro trabajo. Pedimos acercarnos lo más posible a los 50 centavos de dólar por kilo de hoja verde, una cifra que nos permitiría seguir trabajando sin perder plata. Pero los grandes molinos, los llamados “zares de la yerba”, siguen manejando el negocio como si fueran los dueños de nuestras vidas. No quieren pagar lo que corresponde y, mientras tanto, en la góndola un paquete de yerba cuesta hasta diez veces lo que nos pagan a nosotros.

Desde que el Gobierno nacional desreguló el mercado en enero de 2024, la situación se volvió insostenible. Sin el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) fijando un precio mínimo, los industriales imponen sus condiciones y el productor no tiene otra opción que vender a lo que le ofrecen. Hoy, nos pagan entre $185 y $240 por kilo, cuando debería estar alrededor de $500 para que la ecuación cierre. Y en algunos casos, el precio cayó hasta los $90 o $120. Mientras tanto, las empresas siguen obteniendo ganancias millonarias o financiando ofertas y promocionando sus productos a costa de los productores.

La brecha entre el productor y el consumidor nunca fue tan grande. ¿Cómo puede ser que en la chacra nos paguen migajas y en el supermercado la yerba valga más de $5.000 el paquete? No hay otra explicación: los grandes molinos controlan el mercado y se quedan con todo. Nos exprimen hasta dejarnos sin margen, obligándonos a producir con costos que no podemos cubrir, mientras ellos siguen acumulando fortunas.

El Gobierno de Misiones insiste en que el precio debe ser cercano a 50 centavos de dólar por kilo, y nosotros acompañamos ese reclamo porque es lo mínimo que necesitamos para subsistir. Pero los molinos no quieren saber nada. Se niegan a pagar el valor sugerido por el INYM, argumentando que no les cierra el negocio. ¿Cómo no les va a cerrar si los números dicen otra cosa? No solo les cierra, sino que sus márgenes de ganancia son cada vez más grandes, mientras nosotros apenas sobrevivimos.

Los productores nos organizamos, salimos a las rutas, nos plantamos frente a los molinos y exigimos lo que nos corresponde. Pero ellos responden con excusas y con su lobby en Buenos Aires. Saben que tienen poder y lo usan para seguir explotándonos. Mientras tanto, la Mesa Yerbatera Permanente convocada por el gobierno de Misiones intenta encontrar soluciones, pero si los que manejan el negocio no quieren soltar ni un peso, el panorama es oscuro.

Si la industria es ineficiente, que haga las correcciones necesarias, abran nuevos mercados y vendan más, no le tiren esa responsabilidad al productor.

No pedimos privilegios. No pedimos subsidios. Pedimos que nos paguen lo que vale nuestro trabajo. Si la industria no reacciona y sigue empobreciendo a quienes producimos la yerba mate, el conflicto solo se va a profundizar. Ya no hay margen para seguir esperando. Los zares de la yerba tienen que entender que sin productores, no hay yerba.

La yerba mate y la injusticia de siempre: los zares se llevan todo

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