La medida beneficiará a hogares de bajos recursos, jubilados, personas con discapacidad e indígenas.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, volvió a mover el tablero social con una medida que promete aliviar el bolsillo de millones de ciudadanos. El pasado miércoles, el mandatario firmó la creación de una tarifa social eléctrica que beneficiará a 60 millones de personas en todo el país. De ese total, 16 millones quedarán directamente exentas de pagar sus facturas mensuales de luz.
La resolución, según informó el Ministerio de Minas y Energía, entró en vigencia de manera inmediata como medida provisional y deberá ser ratificada por el Congreso en el próximo semestre. El beneficio alcanza a familias de bajos recursos que consuman hasta 80 kilovatios-hora (kWh) por mes, una franja que históricamente viene soportando las consecuencias de la desigualdad energética.
La iniciativa no sólo contempla a sectores vulnerables de clase media baja, sino también a personas con discapacidad, adultos mayores con pensión por invalidez, comunidades indígenas y quienes perciban el piso de la asistencia social. El ministro de Minas y Energía, Alexandre Silveira, definió la jornada como “un día histórico para el desarrollo económico y social del país”.
Silveira remarcó que la reforma se sostiene sobre tres pilares: justicia tarifaria, libertad de elección para el consumidor y equilibrio para el sector eléctrico. “Queremos alcanzar la equidad tarifaria, abrir el mercado y terminar con el monopolio de una sola fuente para el mercado regulado”, subrayó.
Brasil, la mayor economía de América Latina, genera más del 75% de su energía a partir de fuentes renovables. La nueva tarifa social eléctrica se inscribe en una política más amplia de apertura del mercado de distribución, que permitirá a hogares y empresas elegir libremente la fuente de energía que consumen, alentando la competencia y reduciendo costos.