El presidente de Brasil anunció la creación de la Oficina de Emergencia de Enfrentamiento al Crimen Organizado, una entidad conjunta entre el Gobierno nacional y el regional del estado de Río de Janeiro para enfrentar la actual crisis.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, pidió este miércoles que se combata el crimen organizado de forma que no ponga en peligro a policías ni civiles, tras la megaoperación policial más mortal de Brasil que dejó hasta el momento al menos 121 fallecidos. Al mismo tiempo, anunció la creación de la Oficina de Emergencia de Enfrentamiento al Crimen Organizado, una entidad conjunta entre el Gobierno nacional de Brasil y el regional del estado de Río de Janeiro para enfrentar la actual crisis.
"No podemos aceptar que el crimen organizado continúe destruyendo familias, oprimiendo vecinos y esparciendo drogas y violencia por las ciudades. Necesitamos un trabajo coordinado que ataque la raíz del narcotráfico sin poner en riesgo a policías inocentes, niños y familias", afirmó Lula en X.
"Esta mañana me reuní con ministros de mi gobierno y les di instrucciones al Ministro de Justicia y al Director General de la Policía Federal para que fueran a Río a reunirse con el gobernador", añadió. En ese sentido, informó que "con la aprobación de la Enmienda de Seguridad, que presentamos al Congreso Nacional, garantizaremos que las diferentes fuerzas policiales actúen conjuntamente para enfrentar a las facciones criminales".
Se creó la Oficina de Emergencia de Enfrentamiento al Crimen Organizado
El Gobierno nacional de Brasil y el regional del estado de Río de Janeiro anunciaron este miércoles la creación de una entidad conjunta de combate al crimen organizado como respuesta a la crisis de seguridad. La misma fue anunciada en una rueda de prensa tras la reunión que tuvieron el ministro de Justicia, Ricardo Lewandowski, y el gobernador de Río de Janeiro, Cláudio Castro.
El encuentro fue solicitado por el propio presidente Lula, luego de que el gobernador de Río afirmara que en la operación policial del martes, la más letal en la historia de Brasil, solo participaron fuerzas regionales debido a que el Gobierno nacional se ha negado a colaborar en el combate al narcotráfico en esta ciudad.
La operación tenía por objetivo la captura de los principales cabecillas del Comando Vermelho, la más antigua y poderosa organización criminal de Río, pero que tiene ramificaciones en todo el país. "Decidimos adoptar en conjunto algunas medidas de emergencia, como la Oficina de Emergencia de Combate al Crimen Organizado, que reunirá las fuerzas nacionales y las regionales para enfrentar la actual crisis", afirmó Lewandowski.
El ministro agregó que la entidad no tendrá carácter permanente y servirá como un fórum para que las fuerzas puedan actuar conjuntamente y tomar decisiones de forma más rápida.
Lewandowski afirmó que, tras ser informado sobre lo sucedido en la madrugada de este miércoles, al desembarcar en Brasil procedente de una gira por Asia, Lula determinó que los principales responsables por la seguridad pública de Brasil viajasen a Río de Janeiro a ofrecer apoyo al gobierno regional y a la población en un momento de crisis.
Agregó que en la reunión fueron acordadas otras medidas de emergencia, aunque aclaró que el apoyo será limitado por la escasez de recursos financieros.
Según el ministro, el Gobierno nacional le ofreció al regional cupos en los presidios federales de máxima seguridad para que Río de Janeiro pueda aislar en las mismas a los principales dirigentes del Comando Vermelho.
El funcionario dijo igualmente que el Gobierno nacional enviará a Río diferentes técnicos, médicos y peritos legales para ayudar en la identificación de los muertos en la operación, que la gobernación regional asegura tratarse de cuatro policías y 117 miembros del grupo criminal.
Aunque el gobierno regional de Río de Janeiro sólo confirmó 121 muertos, la Defensoría Pública, una institución pública que recopiló los datos en los institutos forenses y en el lugar de los hechos, asegura que fueron 132 víctimas.
