Sergio Massa tuvo una agenda de apenas unas horas en Washington, pero ese escaso tiempo le bastó para dejar varios mensajes con aroma de campaña. El líder del Frente Renovador, una de las figuras del nuevo espacio peronista "Alternativa Argentina", dijo que Mauricio Macri fracasó, perdió la confianza de la gente y no tiene plan, y que el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), pilar de la política económica, es "horrible", y debe ser reciclado.
"Entre el Fondo y los argentinos, yo elijo a los argentinos", apuntó Massa, durante una presentación en el Centro Woodrow Wilson, al que fue invitado para abrir un ciclo sobre el futuro de la Argentina, en la antesala de un nuevo año electoral.
"La Argentina necesita gobernantes que en lugar de pensar en el Fondo, piensen en los argentinos", agregó.
Insistió, en varias oportunidades, en una frase con la cual intentó resumir su visión sobre cuál debe ser el futuro de la Argentina: primero cargó contra la "timba financiera", y luego abogó por un modelo que deje de "importar deuda y exportar ahorro", y exporte trabajo y valor agregado argentino. Lo graficó con una pregunta: "¿Vamos a ser exportadores de litio, o vamos a ser exportadores de baterías de celulares?".
Por otra parte, habló ante analistas, empresarios y funcionarios de organismos internacionales en el Centro Wilson, luego tuvo un almuerzo con una docena de fondos de inversión, y cerrará su día con una charla con estudiantes en la Universidad Georgetown. El martes ya estará de regreso en el país."El primer gran desafío que enfrenta la Argentina y que va a tener que enfrentar inexorablemente el próximo gobierno, tenga el color político que tenga, es el de llamar a una acuerdo económico y social, convocar a un acuerdo de políticas de Estado", dijo al abrir su discurso en el Wilson, una frase sacada de un libreto de campaña presidencial.
Además, fue duro con el gobierno de Macri, a quien al principio de su mandato respaldó al darle apoyo en el Congreso a varias de sus reformas económicas.
"El problema más serio es que el gobierno se encerró en su soberbia, su arrogancia, en creer que podía resolver los problemas solo, sin buscar consensos, con recetas viejas, que en la Argentina ya habían fracasado. No escuchó", apuntó. "Sólo va a buscar diálogo cuando necesita votos en el Congreso, y no para pensar políticas de largo plazo", añadió.