viernes, abril 26, 2024

Mirtha Legrand, en el ojo de la tormenta: ¿es responsable ante la Justicia por los dichos de Natacha Jaitt?

La mediática acusó a personas públicas de pedofilia. En la emisión de este sábado, se espera la palabra de la “diva de los almuerzos” y de los afectados. Algunos mencionados podrían ir directamente a la Justicia para reclamar por los daños y perjuicios.

La polémica, abordada desde una arista legal, surgió apenas terminó el programa de Mirtha Legrand en el que la mediática Natacha Jaitt habló de pedofilia y se refirió -sin mostrar pruebas- a varias personas.

Lo hizo en el marco de la investigación sobre abusos padecidos por futbolistas menores de edad, y la pregunta es hasta dónde llega la responsabilidad de la conductora y de su producción.

Los dichos vertidos causaron un gran revuelo y obligaron a revisar el marco legal sobre la libertad de prensa y las responsabilidades de los periodistas y empresarios de medios.

Las particularidades del caso hacen que también sea necesario una reinterpretación, ya que la legislación tradicional no tiene en cuenta la influencia de los nuevos medios, como las redes sociales.

En los días siguientes, la conductora hizo trascender que se encontraba “muy triste” por la situación y dejó que sea su nieto y productor del programa, Ignacio Viale, quien enfrente públicamente las críticas.

Desde el punto de vista jurídico, quienes se vieron afectados están plenamente habilitados a hacer su descargo completo en el tiempo que ellos consideren suficiente.

Algunos de los mencionados quieren “ir a fondo” no sólo contra Jaitt, sino también contra la producción y la propia Mirtha Legrand.

Entienden que si bien es cierto que todo conductor de un programa en vivo no debe ser culpado por los dichos de un invitado, en este caso en particular resulta difícil alegar “sorpresa”, ante lo ocurrido.

La producción del programa quedó en el centro de los cuestionamientos luego de que, a través de las redes sociales, haya anticipado: “Llamen a los bomberos, va a salir fuego de esta mesaza”.

Para muchos expertos, esto constituyó un “preanuncio consciente” de lo que se iba a hablar y de que se iban a dar nombres de personas que se verían afectadas.

Más aun, esta posibilidad ya se preveía luego de que el nieto de Legrand y productor del programa retuiteara a Jaitt, quien había adelantado:

“Ahora sí, quiero avisarles q hoy en #LaNochedeML, no verán a la Natacha de twitter jodona ni mucho menos, es GRAVE, DOLOROSO Y SINIESTRO. No es gracioso ni de ninguna índole similar”.

“Presten mucha atención al programa de la Sra. @mirthalegrand. #MesazaConNatacha #Pedofilia”.

Por lo pronto, efectuar a través de cualquier medio una denuncia contra una persona, aportando datos identificables, su imagen o directamente su nombre, acusándola de algún delito, conlleva una responsabilidad civil y penal.

Viale pidió disculpas públicas por el escándalo y dijo que la invitación a Jaitt se sustentaba en que, durante mucho tiempo, ella habló sobre el tema. Es decir, que conocía a los presuntos protagonistas de la trama vinculada con la prostitución de menores.

“Nunca hubo intención de hacer daño. El programa se caracteriza por su gran diversidad y libertad. Cada invitado siempre dice lo que quiere”, remarcó.

Desde el punto de vista jurídico, “si existe delito de calumnias e injurias, o un delito contra el honor, corresponderá a la Justicia determinar qué alcance tiene y también el tipo de reparación”, afirma el abogado constitucionalista Gregorio Badeni.

Uno de los acusados por Jaitt fue el titular de la ONG “La Alameda” Gustavo Vera, quien denunció penalmente a la mediática Jaitt y le envió una carta documento a Legrand porque, según dijo, llamó a la productora para solicitar el derecho a réplica y no le hicieron lugar a su pedido.

Su denuncia por “calumnias e injurias” recayó en el juzgado de Santiago Quian Zavalía, luego de que Jaitt lo calificara como “pedófilo” y asegurase que “baja prostíbulos y se los queda él ilegalmente”.

La mediática también habló del conductor de “Animales Sueltos”, hizo referencia a las iniciales “C.P.” e involucró a los periodistas Oscar González Oro y Juan Cruz Sanz, quien amenazó con demandar directamente al programa.

El derecho a defenderse

El derecho a réplica refiere a la posibilidad de rectificar noticias inexactas y a dar respuesta ante difusiones agraviantes que, desnaturalizando la información, puedan llegar a causarle perjuicio a una persona.

Para dar un cumplimiento total, la réplica debe ser realizada a través del mismo medio, en igual o mayor espacio y de manera rápida y gratuita.

Esta disposición se encuentra en el artículo 14, punto 1 del Pacto de San José de Costa Rica, que tiene jerarquía constitucional.

En concreto, establece: “Toda persona afectada por informaciones inexactas o agraviantes emitidas en medios (…) tiene derecho a efectuar por el mismo órgano de difusión su rectificación o respuesta en las condiciones que establezca la ley”.

En este caso, la producción decidió que Mirtha haga su descargo en el comienzo del programa de este sábado. Además, se les otorgará espacio a los afectados por Jaitt para que también puedan hacerlo. Aunque no en la mesa, sí por teléfono, dispondrán de tiempo ilimitado.

Otro de los cuestionamientos hacia la conductora fue su silencio ante los dichos de Jaitt, así como su falta de repreguntas.

Los especialistas remarcan que, en principio, el silencio del conductor no implica que haga propios los dichos ofensivos proferidos por uno de sus invitados.

Remarcan que otro dato a tener en cuenta es que se trata de un programa en vivo en el que pueden haber intervenido distintas circunstancias, como la sorpresa o la falta de comprensión por parte de Legrand de la gravedad de las afirmaciones.

Las repercusiones del programa se extendieron durante varios días.

Uno de los primeros en opinar fue el periodista Luis Novaresio, quien hizo foco en la extensión de la responsabilidad: “Yo me hago responsable de cada uno de los invitados y de lo que digan”.

“No me gusta hacer televisión desde la televisión, pero sí me parece que nosotros y la producción alguna vez tenemos que asumir qué es lo que se pone al aire”, completó.

Las calumnias e injurias

Si hubiese ocurrido en un programa grabado, la producción podría editar las partes en las que se acusa a una persona sin aportar pruebas.

No se trataría de un acto de autocensura sino de evitar provocar daños a terceros que, en muchos casos, pueden llegar a ser irreparables desde el punto de vista emocional.

La Corte Suprema, a través de distintos fallos, dictaminó que el derecho al honor puede ser lesionado mediante delitos de injurias y calumnias y por una injustificada lesión que resulte de un acto culpable o del ejercicio abusivo del derecho a informar.

De acuerdo con el Máximo Tribunal, una publicación falsa o inexacta no le genera responsabilidad al medio o al programa de televisión, siempre y cuando:

– Se atribuya el contenido de la información directamente a la fuente

– Se utilice el tiempo de verbo potencial 

– Se reserve la identidad de los implicados en el hecho ilícito

Caso contrario, puede tratarse claramente de un ejercicio imprudente o abusivo de la libre actividad de informar.

Con respecto a la atribución de la fuente, debe ser “identificable y que al precisarla deje en claro el origen de la noticia“.

En el caso de la denuncia de Jaitt, procederá la responsabilidad civil de los medios al informar sobre personas si se comprueba que han actuado con dolo o culpa agravada.

Es decir, conociendo de antemano la falsedad o si se comportan con total desinterés sobre la veracidad de expuesto.

Distinto es el de los particulares que no hayan intervenido en cuestiones de interés público: podrán reclamar la reparación del daño y simplemente deberán acreditar que el mismo es consecuencia de la noticia falsa.

En tanto, el medio tendrá que probar la “no culpa”. Es decir, que su actuar no ha sido negligente y que ha obrado con pericia y diligencia.

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