jueves, mayo 2, 2024

Misiones, la provincia que supo hacerle frente a la pandemia

Pasado poco más de medio año de haber asumido el mandato ungido por el pueblo misionero, el doctor Oscar Herrera Ahuad tuvo que enmendar su plan de vuelo para trazar el rumbo determinado por una singularidad histórica, un verdadero “acontecimiento”, en la real dimensión de esa categoría: el Covid-19.

Sin antecedentes, sin certezas, ni manuales, el devenir de una gestión de Gobierno se amoldó a una prioridad que no se debate, la protección de la vida, más allá de las declamaciones de algunos sectores que ponderaban el cuidado de la economía. Primó la visión humanista, y -como iremos viendo- esto resultó ser una elección sensata.

Hay un reconocimiento extendido en gran parte del territorio argentino: Misiones fue marcando un norte a la hora de tomar decisiones. La suspensión de clases, las restricciones fronterizas, el uso obligatorio de barbijos, la cuarentena, el fortalecimiento del sistema provincial de salud, el cese de prácticamente todas las actividades comerciales, industriales y administrativas, y la suspensión del transporte urbano e interurbano, entre muchas otras.

Todas estas medidas de Estado contaron con un respaldo casi absoluto de parte de la sociedad y del arco político, que -más allá de las diferencias propias del sistema democrático- significaron un “dejar hacer” basado en un margen de confianza. Se debatirán algunos aspectos puntuales, se harán aportes y se establecerán diferencias, pero en lo central, para la dirección establecida, hubo un aval implícito.

Misiones es por esto una provincia que supo hacerle frente a la pandemia, y se ubica dentro de las de menos riesgo sanitario del país. No es un dato menor el ínfimo número de contagios por Covid, ni tampoco es producto de la casualidad. Cobra así protagonismo la política, y las decisiones que de ella emanan sin dudas han salvado muchas vidas en la tierra colorada.

Misiones, la provincia que supo hacerle frente a la pandemia

Plataforma Guacurarí: modelo de innovación misionera

Uno de los principales aportes que hizo el proyecto “misionerista” al plano nacional tiene que ver con un modelo educativo de vanguardia: la Plataforma Guacurarí, una innovación que no es una apuesta de emergencia, por el contrario, fue una visionaria propuesta que exhibe su prestación en el marco excepcional que transita el mundo.

Si bien esta iniciativa está vigente desde hace casi cinco años, hasta ahora se utilizaba en algunas escuelas o centros de formación, pero la cuarentena y las restricciones sanitarias implementadas lo eyectaron con éxito a la nueva cotidianeidad.

De esta manera se replantea el modelo tradicional, tal cual lo describió en reiteradas oportunidades el conductor del Frente Renovador y principal impulsor de esta modalidad, Carlos Rovira; para asumir un nuevo tiempo con las herramientas de un futuro que se anticipó y encontró a Misiones muy bien preparada.

Pero como bien se destaca en diversos contextos, la Plataforma Guacurarí requiere de un soporte que también es parte de una Política de Estado, como la empresa Marandú Comunicaciones SE, que viene a reforzar una línea de trabajo y un horizonte de provincia.

Misiones, de esta manera, “exporta” al país mucho más que productos innovadores y probados: da cuenta de un modelo de gestión y un proyecto de provincia que se integra a una era trasvasada por una tecnología global pero nutrida con la identidad propia de la tierra colorada.

La economía interna y los nuevos tiempos

Cuando se asentó en la conciencia colectiva misionera la urgencia, la oportunidad y la necesidad de las restricciones sanitarias, se despejó un tenue horizonte para planificar una moderada pero consistente reapertura de la economía. El ordenamiento fiscal provincial, una marca registrada para el proyecto Renovador, permitió organizarla con cierta tranquilidad, atendiendo lo urgente sin apremios, pagando salarios públicos en tiempo y forma, reconociendo la labor sanitaria con un plus monetario e implementando un aliviador congelamiento (y hasta pago escalonado) de las tarifas de los servicios públicos.

Misiones, la provincia que supo hacerle frente a la pandemia

Esa misma serenidad es la que permitió a su vez reabrir la mayoría de las actividades bajo estrictos protocolos sanitarios. La industria foresto industrial misionera, por ejemplo, acudió a un pedido especial del presidente Alberto Fernández al gobernador Oscar Herrera Ahuad: la Nación necesitaba con celeridad camas de madera para los centros de internación (espacios especialmente preparados para casos de desbordes en el sistema sanitario, como el predio de Tecnópolis) y desde la tierra colorada se fabricaron -en tiempo récord- y enviaron 8 mil camas y mesas de luz para abastecer tamaña demanda.

Eso marcó a su vez el paulatino reinicio de la actividad y la respuesta sectorial fue muy satisfactoria. Prácticamente no se registraron incumplimientos y no hubo casos positivos relacionados a esa actividad. Las Pymes foresto industriales locales registran hoy niveles de ocupación como hacía muchos meses no registraban, y esas mismas voces explican que este presente se debe tanto a que la gente destinó gran parte de las ayudas estatales a refaccionar sus hogares, como a que la cuarentena generó una motivación extra en su nueva normalidad. Lo cierto es que las ventas de productos esenciales -como tablas, tirantes y machimbres-, y todo lo relacionado a ello -como las ventas de corralones, ferreterías y mueblerías- muestran una llamativa reactivación.

El nuevo presente, a futuro

Si bien no hay plazos ni certezas, desde Misiones ya se trabaja en la economía de la post pandemia. Seguramente el futuro inmediato presentará nuevos desafíos porque –como ya se dijera- lo que viene no será igual a lo que conocimos.

Por ello, Misiones viene actualizando los reclamos de vieja data que adquieren nuevas consistencias. Dado que una de las actividades fundamentales de la provincia tendrá una reactivación lenta y en baja escala, como el turismo, se reactivarán una serie de propuestas que ya formaban parte de la agenda de trabajo, pero habían quedado postergadas hasta la salida de este entorno de emergencia.

En ese marco se inscriben el pago de deudas pendientes de Nación para con Misiones, como fondos de la Garantía Salarial Docente, de diversos planes de vivienda, y el siempre postergado reconocimiento de los servicios ambientales que se prestan al país y la región a partir de las políticas provinciales de protección ambiental. Misiones cuenta con poco más de un tercio de su superficie bajo el Sistema de Áreas Naturales Protegidas (SANP), un valor ambiental del que muchos argentinos se enorgullecen, pero nadie paga.

A ese ítems se le agregan otros reconocimientos en fuga, como la siempre prometida pero jamás cumplida promesa de acceso a la red de gas natural que ofrecería una fuente de energía mucho más económica para la matriz productiva provincial; una atención al costo de los combustibles que se encarece en el surtidor por la distancia con los centros de producción; la actualización del índice de la Coparticipación Federal; y un reclamo central: la correcta determinación y pago en tiempo y forma de las regalías hidroeléctricas de Yacyretá.

No por remanida deja de ser vigente la frase que afirma que “toda crisis es una oportunidad”. Misiones supo adelantarse a los tiempos y eso le permitió tener una posición con ventaja en este nuevo tablero sanitario mundial. El cimbronazo afectó y afectará de manera significativa a todos los sectores, en mayor o menor medida. Muchos proyectos que no traslucían su valor potencial hoy quedaron a la vista. Y Misiones tiene “timing” para entender estos nuevos tiempos.

Podés leer la entrega completa de julio en su versión online en:   📖 ISSUU / Revista Códigos – Julio 2020

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