Los efectos de las normas desregulatorias para los mercados pueden resultar buenas para incrementar la actividad y el comercio, pero en algunos casos resultan desaconsejables. Tal es el caso de la derogación de una regla técnica que protegía a la impresión de materiales del uso de metales pesados.
El Gobierno se apresta a oficializar en las próximas horas una medida que puede afectar a la salud de las personas.
De acuerdo con un planteo que realizó el presidente de la Federación de la Industria Gráfica Argentina, Juan Carlos Sacco, la Secretaría de Industria está a punto de derogar la reglamentación 453/685 que impide el uso de metales pesados en las tintas que se usan en esa actividad.
En una nota a los socios de la entidad, Sacco denuncia: “Me dirijo a ustedes para anticiparles lo que en horas o días verán publicado en el Boletín Oficial, la baja de la Norma Técnica medioambiental, que tanto tiempo y trabajo nos llevó ponerla en vigencia; y que hoy, después de 15 años, con un nuevo Gobierno se ha decidido sacarla”.
El dirigente señalo que la Federación seguirá los caminos que nuestros asesores en materia judicial nos aconsejen porque estamos convencidos de que estas herramientas son las que se usan en el mundo desarrollado con el fin de regular el comercio internacional; y no se trata de un mero régimen proteccionista, sino de comerciar con las mismas reglas de juego”, dice Sacco.
El texto señala que “si bien el secretario de Industria y Comercio está de acuerdo con los elementos que le proporcionamos, demostrando que esta norma de cuidado ambiental es similar a las vigentes en países a los que el actual presidente Milei quiere que nos parezcamos y con los que entablemos negociaciones comerciales”.
“No obstante, nuevas personas en el equipo del Presidente, han convencido al mismo de eliminar cerca de 3.200 reglamentos y normas, para que la libertad de vivir, comerciar, importar y exportar sea totalmente libre, sin ningún requisito que lo pudiese entorpecer”, dice el empresario.
La reglamentación indica que las tintas que se usen tanto en la industria local como las que vengan en impresos importados no podrán contener metales pesados, que son cancerígenos.