jueves, marzo 28, 2024

Padres pierden entre 400 y 750 horas de sueño el primer año de vida de sus hijos

«Los trastornos del sueño provocan que los niños se despierten con frecuencia durante la noche, alterando su rutina habitual. Los motivos pueden ser varios, entre ellos necesidades fisiológicas, búsqueda de atención, terrores nocturnos, pesadillas o sonambulismo», explicó Julio Busaniche, médico pediatra del Hospital Italiano.

Los padres pierden entre 400 y 750 horas de sueño durante el primer año de vida de sus hijos, afirmaron hoy especialistas que precisaron que un 37% de los niños argentinos padece algún trastorno o problema para dormir.

Julio Busaniche, médico pediatra del Hospital Italiano,indicó a Télam que los problemas «son muy frecuentes y esperables durante los primeros meses de vida», y que luego «las rutinas y el tipo de vínculo con los padres juegan un papel importante en la generación y perpetuación de esos problemas».

«La vida diurna presenta problemáticas y estresores que pueden angustiar a los niños, que descargan durante la noche según el contexto familiar en que se viva», detalló.

Por su parte Pascual Baran Cegla, médico de familia del Hospital Italiano, señaló que se estima que el 50% de los niños del mundo sufre algún trastorno del sueño, y que el 40% de ellos son casos «severos».

«Asimismo, hay trabajos en la Argentina que mostraron que el 37% de los niños padece esos trastornos, mientras que el 40% de ellos presenta como causas más frecuentes el miedo a dormir solo, las pesadillas y los terrores nocturnos», detalló en diálogo con esta agencia.

Y agregó: «Otro dato interesante es que los padres también pierden horas de sueño: se dice que durante el primer año de vida de los hijos pierden entre 400 y 750 horas de descanso».

Consultado sobre cómo tratar esos trastornos, Busaniche apuntó que «debe haber cambios conductuales progresivos», que se logran «creando rutinas y hábitos saludables». «Decidir y señalar el momento preciso para acostarse, establecer rituales que den seguridad o se repitan cada día, como leer un cuento o abrazar el muñeco preferido pueden ayudar, pero hay que saber poner el punto final, sin alargar ese momento», advirtió.

Y Baran Cegla completó: «También se deben evitar las actividades o juegos demasiado excitantes y activos antes de acostarse, porque perjudicarán el buen descanso del niño».

Télam.

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