El Sumo Pontífice dijo que la situación “se ha deteriorado gravemente” y enfatizó la necesidad de promover un “encuentro respetuoso y un diálogo sincero”.
El papa León XIV manifestó una profunda preocupación por la creciente tensión entre Irán e Israel, e hizo un llamado a la “responsabilidad y a la razón” para evitar una escalada aún mayor en la región. Durante su primera audiencia jubilar, que tuvo lugar este sábado en la Basílica de San Pedro, el Sumo Pontífice enfatizó la necesidad de un compromiso colectivo para liberar al mundo de la “amenaza nuclear” y promover un “encuentro respetuoso y un diálogo sincero”.
La audiencia, la primera después de la interrupción provocada por la enfermedad y el fallecimiento de su predecesor, Francisco, se desarrolló en un contexto de “noticias que suscitan gran preocupación”, según describió el propio Papa. El encuentro se produjo horas después de que se desataran las tensiones entre Israel e Irán, tras los ataques israelíes perpetrados hace dos días en el corazón de la República Islámica y la posterior respuesta iraní sobre Tel Aviv y, en parte, sobre Jerusalén. La noche previa a la audiencia estuvo marcada por una serie de misiles, explosiones, alarmas y columnas de humo, mientras se sucedían los llamados al cese de los ataques y las amenazas de nuevas represalias.
Al finalizar los saludos en varios idiomas, ante una Basílica de San Pedro colmada por aproximadamente 6.000 fieles, el Pontífice se refirió a la grave situación: “La situación en Irán e Israel se ha deteriorado gravemente”. Con la mirada fija en un texto, pero con el corazón visiblemente afligido por la escalada, el Papa pronunció dos conceptos clave en su apelación: “responsabilidad”, referida tanto a sus propios pueblos como al resto del mundo, y “razón”, para no sucumbir a la “furia ciega”. En este “momento tan delicado”, expresó: “deseo renovar un llamamiento a la responsabilidad y a la razón”.
El compromiso al que apeló el Papa, siguiendo la línea de sus predecesores y las posturas reiteradas de la Santa Sede, es el de “construir un mundo más seguro y libre de la amenaza nuclear”. Según afirmó, esto “debe perseguirse mediante el encuentro respetuoso y el diálogo sincero para construir una paz duradera, fundada en la justicia, la fraternidad y el bien común”.
En esa línea, el Obispo de Roma, quien en su catequesis instó a “construir puentes donde hoy hay muros”, extendió su invitación a “todos los países” del mundo para que se unieran no en alianzas o facciones, sino para “apoyar la causa de la paz”. Una causa que, en esta era de la tercera guerra mundial “en pedazos”, parece, según sus palabras, cada vez más lejana. “Nadie debería amenazar jamás la existencia del otro. ¡Es deber de todos los países apoyar la causa de la paz, iniciando caminos de reconciliación y favoreciendo soluciones que garanticen la seguridad y la dignidad para todos!”, concluyó el Santo Padre.