viernes, abril 26, 2024

Pasar abril, la esperanza para que comience a bajar inflación

Se inicia el último mes de la “mala hora” del IPC. Cálculos oficiales hablan de una suba en precios de entre 8% y 9% en el primer cuatrimestre. Luego debería bajar y cerrar por debajo del 20% en 2018.

Para el Gobierno habrá que pasar abril. Y esperar que desde mayo la “mala hora” inflacionaria empiece a aflojar. Y, ahí sí, comenzar a transitar el raid técnico que asegure que el alza de los precios de 2018 será menor al 24,8% del año pasado y que podría incluso ubicarse por debajo del 20%. Paredes adentro se reconoce que la defensa del 15% será una utopía, pero que habrá desde el quinto mes del año más argumentos para defender la estrategia antiinflacionaria. Será complicado. Se espera para marzo un aumento del 2%, con un acumulado en el primer trimestre de más de 6%, con lo que en el primer cuatrimestre la inflación sumará más de 8%. El oficialismo espera que el número se ubique finalmente más cerca del 8 que del 9%, aun sabiendo que los datos de abril serán peores que los de marzo.

El equipo económico que tiene a la jefatura de Gabinete de Marcos Peña como conducción se prepara ahora para enfrentar abril. Los aumentos ya programados de gas del 40%, transporte urbano (12%), peajes (13%), expensas, educación, servicios médicos y otros rubros; no tendrán piedad sobre el índice de este mes, y se reflejarán con plena crueldad a mediados de mayo, cuando se conozca el indicador del IPC correspondiente a abril. La intención oficial es acompañar el mal momento, navegar la tormenta con la mayor elegancia posible, y prepararse para cuando escampe. Si se puede, además, demorar todo lo posible el cierre de las paritarias privadas que presionen por incrementos mayores al 15% para mayo, esperando que los datos comiencen a mejorar.

Sería ese el tiempo de comenzar a hacer un recuento y reparación de daños, dejar de tambalearse como boxeador grogui y pasar a la acción.

Sobre el primero que se actuará desde la jefatura de Gabinete para que desde mayo la situación empiece a mejorar será sobre el ministro de Energía Juan José Aranguren. Será por partida doble. Por un lado ratificando que los incrementos del período enero-abril deben ser los únicos y habilitados, al menos hasta noviembre próximo, cuando se le prometió a las energéticas y transportistas combustibles que podría haber algún reajuste dependiendo de la evolución inflacionaria. El segundo ítem donde se lo presionará al ministro, será en las subas de las naftas. Hay una coincidencia en los principales actores del Gabinete económico (el vicejefe Mario Quintana, el ministro de Hacienda Nicolás Dujovne y hasta el presidente del BCRA, Federico Sturzenegger), que por cada 5 puntos porcentuales de incremento de las naftas que aplique el mercado (comenzando por la estatal YPF), correspondería un punto porcentual de alza en la inflación mensual. Y que si se quiere que desde mayo el IPC se ubique en no más de un punto, Aranguren debe controlar esta variable.

La estrategia oficial de contención de la inflación continúa en Hacienda. Según los datos que maneja ese ministerio, el déficit fiscal comenzará a mostrar ya en abril la proyección de un resultado anual inferior al presupuestado de 3,2%, y que se ubicaría más cerca del 3% final para 2018, o incluso menos. Para mayo, además, ya debería comenzar a operar la mitad de la reforma impositiva que implica un aumento en los ingresos, a partir de la aplicación de renta financiera para no residentes y, lo más importante, los cambios en el sistema previsional que implican una liquidación para jubilados que acompañe a la inflación y no ya a la fórmula que regía hasta 2017. Supone el Gobierno que con los datos fiscales más ordenados y en superación contra el año pasado las expectativas inflacionarias del mercado comenzarán a aflojar y los mercados deberían empezar a trabajar en consecuencia.

La tercera pata de la estrategia corresponde al BCRA. Ahí no hay medias tintas. La entidad ya aclaró la semana pasada, al ratificar las tasas del 27,25%, que está más cerca de subir los intereses que de pensar en una reducción. No será desde la dependencia de Sturzenegger desde donde se los señale como responsables de la presión inflacionaria.

 

Fuente: Ámbito.

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