Después de los hechos que generaron 64 muertos, decenas de heridos y 81 detenidos, los habitantes de una de las ciudades más importantes de Brasil se mantienen encerrados en sus casas por el temor a la violencia desatada este martes.
El enfrentamiento entre la Policía de Río de Janeiro y los integrantes de la banda criminal Comando Vermelho, además de generar al menos unos 64 muertos, decenas de heridos y 81 detenidos, paralizó totalmente a una de las ciudades más importantes de Brasil. Empresas y negocios liberaron a sus empleados antes de horario, la gente se encerró en sus hogares, se suspendieron las clases en las escuelas y se paralizó el transporte.
El despliegue de unos 2.500 agentes de la Policía Civil y la Policía Militar de Río de Janeiro, ordenada por el gobernador bolsonarista del Partido Liberal, Cláudio Castro, significó este martes un estado de guerra total por el intenso enfrentamiento con el Comando Vermelho sucedido en Penha y Alemão, dos favelas en las que esta banda del crimen organizado tiene centrado su poder.
Ante el asedio de las fuerzas de seguridad, los integrantes del Comando Vermelho respondieron con intensos tiroteos, granadas lanzadas desde drones y barricadas realizadas con micros prendidos fuego en varias calles y avenidas de la ciudad. Esta situación generó el pánico entre la población carioca.
A primera hora de la mañana del martes, las autoridades suspendieron en 45 colegios y se desviaron doce líneas de colectivos urbanos. Además, las empresas y negocios liberaron a sus empleados antes de horario.
En las principales estaciones de trenes y subte de Río de Janeiro la gente se amontó para poder huir rápidamente. Sin embargo, muchos no pudieron subir a los transportes y se arriesgaron a largas caminatas para llegar a sus casas, en donde quedaron resguardados durante todo el día por el miedo a los intesos tiroteos entre la policía y el Comando Vermelho.
A medida que se desarrollaba el caos, empresas e instituciones cerraron en toda la ciudad y la región metropolitana, incluidas Niterói, São Gonçalo y Baixada Fluminense. La Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), la Universidad Estadual de Río de Janeiro (UERJ) y la Universidad Federal Rural de Río de Janeiro suspendieron clases, al igual que universidades privadas como Estácio de Sá, que paralizó sus operaciones en todos sus campus en el Gran Río.
Incluso, el Ayuntamiento de Río de Janeiro suspendió su sesión plenaria prevista para este martes. Según las autoridades, la medida buscó garantizar la seguridad.
Bares y otros negocios similares también decidieron no abrir. Entre ellos se encuentran el Bar da Gema y el Cine Botequim 2, ambos en Maracaná.
Por último, el Aeropuerto Internacional de Galeão, en la Zona Norte de Río de Janeiro, operó con normalidad. Sin embargo, la gente que fue aterrizando en el transcurso del día tuvo miedo de salir de la terminal y fueron muchos los que decidieron resguardarse allí.
